La Fiscalía y Acusación particular se reafirman en que Michael L.E.R. es el autor de la "agresión brutal" causada a una joven con una botella que tuvo lugar en julio de 2015 durante la fiestas de Los Polvos en Candelaria. Por ello, el Ministerio Público solicita cinco años de cárcel y 21.000 euros en concepto de indemnización más los gastos médicos e intereses.

La acusación, por su parte, pide seis años de prisión y 53.300 euros, mientras que la defensa sigue manteniendo que el acusado es inocente o que, en todo caso, le corresponde una pena menor a la solicitada. Y ello es así en cuanto que la propia forense ha reconocido que la víctima sólo sufre en la actualidad un perjuicio estético "muy ligero".

La perito informó de que, a causa del ataque, la joven perdió cinco dientes, sufrió fractura del paladar superior y en el futuro deberá volver a ser operada con el fin de sustituir los actuales implantes. Apunta que las heridas debieron causar un considerable dolor y que se corresponden a los efectos de un botellazo.

En la última jornada del juicio, que duró dos días, una testigo mantuvo que está segura de que el acusado fue el responsable de la agresión, pese a que no vio exactamente el momento en el que se produjo. Señaló que oyó un ruido y entonces vio cómo el procesado salía corriendo mientras gritaba: "Yo no he sido, yo no he sido". Reconoció el tatuaje que el chico lleva en el cuello, aunque él asegura que se lo hizo con posterioridad y que tiene facturas que así lo demuestran. Poco después la fiesta sería suspendida ante el elevado número de peleas que se habían producido aquella noche entre las más de 4.000 personas que allí estaban congregadas. En sus conclusiones, la Fiscalía dijo que el acusado se acogió a su derecho a mentir y que además lo hizo "repetidamente". Cree que en la vista, "el papel de cada uno ha quedado perfectamente claro" y acto seguido preguntó: "Si no es culpable, ¿por qué salió corriendo?".

La acusación particular añadió que también se escondió detrás de unas matas, borró su perfil en las redes sociales y aquella noche durmió en un coche. Incidió el abogado en que, pese a no haber testigos directos, los testimonios escuchados apuntan a su autoría. Para escenificar la brutalidad de la agresión dijo que a causa del golpe "un diente se convirtió en un proyectil y se clavó en la encía". Considera que el acusado era consciente de lo que estaba haciendo y que actuó con alevosía. La víctima sí dijo que lo reconoció plenamente.

La defensa mostró su convencimiento de que el joven no es el autor y recuerda que el menor que lo acompañaba, al que se le acusaba de propinar un puñetazo al compañero de la víctima, ha visto cómo su procedimiento judicial quedó prescrito por motivos procedimentales.

Identificación

El letrado defensor considera que la identificación de Michael "está claramente viciada", que no hay pruebas concluyentes en su contra, y que la mayoría de los testimonios han venido de terceros que conocen lo ocurrido por referencias. Pero en todo caso, si se sentenciara que es culpable, cree que sería de aplicación el artículo 148.1, en el que se recogen penas de entre tres meses a tres años o una multa de seis a doce meses.