José Francisco C. F., acusado por la Fiscalía de ser cómplice del intento de robo que tuvo lugar el 1 de marzo de 2015 en una finca de Arafo y padre de uno de los asaltantes, asegura ser víctima de una "encerrona" de la que responsabiliza a su propio hijo, F. C. F..

Aquel día, el otro joven que entró en la propiedad resultó muerto por un disparo que efectuó el dueño, Jacinto Siverio, un anciano que fue condenado a dos años y medio de cárcel, aunque el juicio ha sido anulado y se tendrá que repetir.

El Ministerio Público solicita para José Francisco C. F. un total de nueve años de cárcel y el pago de una indemnización que junto con otros dos procesados suma 10.400 euros.

Por su parte, admite que en todo caso es responsable de "encubrir" a su hijo, al que acusa de hacer gala "de una enorme sangre fría" y vivir "en medio de enredos y mentiras".

Recuerda que el día de los hechos este le había pedido que lo llevara a la finca y que cuando lo fue a recoger lo encontró vestido con un chándal negro y armado con un palo.

Al poco tiempo de dejarlo en las afueras de la propiedad escuchó un ruido que, en principio, atribuyó a los fuegos artificiales que se debían estar lanzando por las fiestas que tenían lugar en esos días. Pero en ese momento vio como el joven salía apresuradamente mientras gritaba que acababan de matar a su compañero. A partir de aquí intentó que se entregara a la guardia civil, pero dice que fue imposible convencerlo.

El martes José Francisco C. F. quedó detenido y con posterioridad llevaron a cabo un registro en su domicilio en el que no encontraron ningún indicio de delito. Califica de "mentiras" la versión dada por su hijo de que había participado en la planificación del robo y que en el último momento no quiso escalar el muro porque se había lesionado el hombro. Asegura que no existe ninguna prueba en su contra, entre ellas, una supuesta grabación con la cámara de seguridad de la propiedad.

Indica que hay otros tres implicados en este intento de robo, entre ellos, supuestamente, una persona que trabajó en la finca y que les informó de que había dinero guardado en la vivienda. Mientras permaneció preso hasta el mes de agosto siguiente, recibió una carta de su hijo en la que le pedía perdón por haberlo involucrado. "Esto no se le hace a nadie, me ha desgraciado la vida, pero ya me comeré lo que me tenga que comer. Así se lo dije cuando salí". Posteriormente el joven, al ser menor en el momento de los hechos, fue condenado a treinta meses de vigilancia.

"Yo tengo mi pensión y no necesito de nada. Ahora me han metido en un lío del que no sé cómo voy a salir. Si fuera culpable les aseguro que lo aceptaría sin más, pero no ocurrió así. Soy inocente totalmente", asegura.

Mentiras como "una catedral"

Según este padre, su hijo, Francisco C. F. ofreció durante el juicio por la muerte del asaltante es calificada de "una mentira como una catedral". El padre asegura que la otra imputada en estos hechos, L. P. G., ya no es su pareja y tacha de "error" la relación sentimental que sostuvo con ella. En cuanto a J. J. M. R., también vinculado por la Fiscalía en el intento de robo, mantiene que es "totalmente inocente".