Expertos en patología forense que participaron en la realización de la autopsia y colaboraron en el levantamiento de cadáver de una mujer que presuntamente fue asesinada en La Laguna en abril del pasado año han asegurado hoy que a la víctima se le asestaron unos 20 golpes con un objeto contundente de casi tres kilos.

Estas afirmaciones fueron hechas durante el juicio por violencia machista celebrado en la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife y en el que está acusado la pareja de la mujer, para quien el Ministerio Fiscal pide 25 años de prisión y una indemnización de 30.000 euros a la familia de la víctima por un delito de asesinato con agravante de parentesco, aunque las acusaciones particular y popular piden 180.000 euros y que se añadan los agravantes de alevosía, ensañamiento y de género.

Los patólogos forenses han declarado que de esos 20 golpes, “es lógico” pensar que los tres primeros, uno en la parte trasera del cuello y dos en la parte de atrás de la cabeza, fueron asestados mientras la víctimas estaba dándole la espalda al agresor, una cuestión que, han apuntado, puede dilucidarse tanto por la posición en la que se encontró el cuerpo como por la ausencia de lesiones de defensa.

“No tiene lesiones de defensa en ninguna parte del cuerpo, tampoco en los brazos. Esto es lo que se encuentran ustedes cuando la víctima no ha visto venir el golpe”, ha afirmado uno de los expertos forenses, quien ha añadido que transcurrió poco tiempo entre los golpes y que tienen la certeza de que aunque el golpe del cuello solo no pudo causar la muerte, los otros dos en el cráneo, por sí solos, podrían causarla.

Asimismo, los forenses han aseverado que el incendio que se produjo en la habitación en la que se encontraba el cadáver es posterior a la muerte de la víctima ya que no se han encontrado restos de monóxido de carbono en el aparato respiratorio de la víctima y la concentración en sangre de carbohixemoglobina, una proteína resultante de la mezcla de monóxido de carbono y hemoglobina, indica que no aspiró humo del incendio.

Por su parte, las dos médicas forenses encargadas de elaborar la pericial para la valoración física y psiquiátrica del acusado tras su detención han señalado que el presunto agresor no presentaba ningún trastorno de personalidad, ni síntomas de estar fuera de la realidad, ni alteraciones en el pensamiento, en la memoria o en la afectividad, así como tampoco mostraba alguna alteración en el control de impulsos.

Las forenses han explicado que se trata de una persona imputable sin disminución de la inteligencia o capacidad de conocer pero que se trata de un hombre “mitómano”, es decir, “mentiroso patológico” según las expertas.

Sin embargo, han agregado, eso no le evade del mundo ni le altera la conciencia a la capacidad de decidir y han remarcado que “si miente es para obtener algo positivo para él, por lo que es consciente de sus mentiras”.

En este sentido, el Ministerio Fiscal ha apuntado que en el informe psiquiátrico realizado en el Hospital Universitario de Canarias cuando el acusado fue detenido no se aprecia alteración psiquiátrica ni se le receta ningún tipo de medicación.