Un niño de siete años murió hoy en Aying, junto a Múnich, al caerle encima un árbol que cedió al peso de la nieve, mientras se extiende la alerta en Baviera y otras partes del sur de Alemania por las intensas nevadas y el peligro de aludes, informaron fuentes oficiales.

En dos distritos bávaros se ha activado la alarma por las masas de nieve acumuladas en las montañas, tras varios días de incesantes precipitaciones y después de que algunos pueblos hayan quedado ya aislados.

La circulación rodada ha quedado prácticamente cortada en algunas zonas de Baviera, lo mismo que el tráfico ferroviario regional, mientras que se han organizado servicios de emergencia para garantizar los suministros necesarios a la población afectada.

Esta situación se ha extendido en los últimos días por una parte de Austria y en todo el sur de Alemania, donde algunas escuelas optaron por no abrir tras las vacaciones navideñas o han eximido a los padres de la obligatoriedad de que sus hijos acudan a clase.

Efectivos del Ejército alemán participan en las operaciones de suministros de alimentos en las poblaciones de la montaña que han quedado aisladas por la nieve y donde no están circulando desde hace ya unos días ni autobuses de línea ni ferrocarriles.

Desde finales de la semana pasada ha habido asimismo cancelaciones de vuelos, retrasos y restricciones en el aeropuerto internacional de Múnich, donde se han reforzado los servicios de las máquinas quitanieves para liberar las pistas de la nieve acumulada.