La Fiscalía mantiene su petición de 15 años de cárcel para cada uno de los tres acusados de agredir sexualmente en grupo a una joven de 18 años al considerar que el testimonio de la víctima, principal prueba de cargo en el caso, es "suficiente, sincero, coherente y emotivo".

Así lo dio a conocer la representante del Ministerio Público en la tercera sesión del juicio contra Ricardo A.M, Miguel Ángel C.O. -que es militar- y Martín A.F. -guardia civil-, quienes supuestamente agredieron sexualmente en grupo a una chica el 13 de marzo de 2015 en Collado Villalba.

Según la fiscal, los tres acusados se aprovecharon de su "situación de superioridad sobre la víctima" porque la sobrepasaban en número y en edad -ella tenía 18 años y ellos rondaban los 30- y, con "ánimo libinidoso", la forzaron sexualmente, aunque ellos aseguraron durante su interrogatorio que lo que sucedió fue "a propuesta de la chica".

Tanto para el Ministerio Público como para la acusación particular, la "verosimilitud" del testimonio de la joven, la "persistencia" en la denuncia de los hechos y los "datos corroboradores externos y objetivos" son "más que suficiente" para probar la culpabilidad de los acusados. Así, han considerado acreditado en esta última sesión del juicio, en la que se presentaron los informes finales, que la noche del 13 de marzo de 2015 los tres acusados consiguieron convencer a la víctima para salir a tomar algo, pero con el ánimo de llevarla a la casa de la hermana de uno de ellos y "aprovecharse de ella". Una vez en el domicilio, Ricardo A.M, con quien la víctima había tenido relaciones sexuales previamente, la llevó a una habitación y a los pocos minutos aparecieron los amigos e "intimidaron" a la joven para "hacerle hacer cosas que ella no quería". El Ministerio Público acusa a los tres de un delito continuado de agresión sexual, al considerarlos autores conjuntos y cooperadores de las tres agresiones que supuestamente se produjeron. Las defensas de los acusados sostienen que, en su testimonio, la víctima incurrió en múltiples contradicciones porque "ella se lanzó a hacer algo de lo que después se arrepintió, pero eso no significa que no lo eligiese libremente". Apuntaron que el mismo día que la víctima denunció los hechos -cuatro meses después- había recogido las notas del instituto y, como había suspendido cuatro asignaturas y no podía volver a repetir curso porque ya sería la segunda vez y "se jugaba la expulsión", quiso achacar su "fracaso académico" a un supuesto trauma. Las defensas plantearon también como "extraña" la "obsesión" de la víctima por "controlar" los testimonios de sus amigos, (testigos); lo que dicen que "es incompatible con los síntomas postraumáticos.

Interpretación a favor de la víctima

Los letrados de los acusados insistieron durante la jornada de ayer en la "aparente interpretación de las investigaciones de la Guardia Civil a favor de la víctima". Los acusados aprovecharon su turno de última palabra para reiterar que los hechos fueron "consentidos" por la víctima y para trasladar a la Sala su inquietud por haber sido investigados a fondo todos los contenidos de sus teléfonos móviles.