"Descanse en paz" fue la frase de la corona de flores de la Brigada de Salvamento Minero que rescató a Julen, el niño de dos años hallado muerto tras caer a un profundo y estrecho pozo hace dos semanas en Totalán (Málaga), palabras que presiden el nicho donde ayer fue enterrado el pequeño en Málaga.

Cientos de personas abarrotaron al mediodía de ayer la plaza de entrada al cementerio de San Juan, en la barriada malagueña de El Palo, para darle su último adiós entre lágrimas, aplausos y flores en más de 30 coronas y numerosos ramos y centros llegados desde distintos puntos de España.

José Roselló y Victoria García, padres del pequeño, otros familiares, amigos, vecinos y autoridades acompañaron el féretro de Julen desde el tanatorio, donde se ofició un responso en la intimidad, hasta un cementerio de estrechas calles con nichos que parecían un mar de flores blancas imposibles de colocar más cerca.

Julen descansa en el nicho superior al de su hermano Óliver, que con pocos años de edad falleció hace no mucho tiempo.

Un amplio equipo de psicólogos ha estado presentes en todo momento para acompañar a la familia en el dolor, durante el rescate y hasta en el cementerio.

Algunas niñas de poca edad se han acercado con su flor en la mano al cementerio, hasta el que han enviado también las suyas entidades de la zona como asociaciones de mujeres y hermandades de la Virgen del Carmen, patrona para las personas vinculadas al mar, que linda con el barrio de El Palo.

Otras coronas procedían de lugares más lejanos como Salamanca; de instituciones como los ayuntamientos de Málaga y Totalán o la Diputación, y a las que une la de la Brigada de Salvamento Minero desplazada expresamente desde Asturias para excavar manualmente una galería hasta llegar a Julen.

Precisamente, los ocho integrantes de la Brigada de Salvamento que participaron en el rescate del pequeño Julen se encuentran "cansados y con ganas de volver a la rutina", pero en ningún caso se sienten como héroes.

En estos términos se expresaba el ingeniero jefe y director técnico de la Brigada desde hace seis años, Sergio Tuñón, que ayer compareció en una rueda de prensa, al tiempo que se celebraba en Málaga el acto religioso, junto a los otros siete miembros del equipo que excavó durante más de treinta horas el túnel de casi cuatro metros que permitió conectar el pozo para el rescate con el que albergaba el cuerpo sin vida del pequeño Julen.