El número de fallecidos por la explosión de una toma clandestina de hidrocarburo en Tlahuelilpan, en el estado mexicano de Hidalgo, ascendió a 118, informó este miércoles el Gobierno mexicano.

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) indicó mediante un comunicado que este último deceso ocurrió la noche del martes en un hospital de la Ciudad de México.

"Desafortunadamente, falleció un herido de la explosión en Tlahuelilpan, Hidalgo, quien era atendido en la Unidad Médica de Alta Especialidad en Magdalena Salinas", precisó la institución.

Asimismo, destacó que se continúa brindando atención médica a los afectados por este suceso, que a día de hoy suma 29 personas hospitalizadas, de acuerdo con la Secretaría de Salud.

Los heridos se distribuyen en distintos centros de atención médica, estando 26 de ellos hospitalizados en la Ciudad de México, en el estado de Hidalgo y en el Estado de México.

Los otros tres restantes, los cuales son menores de edad, son atendidos en una clínica de Galveston, Texas, en Estados Unidos.

El pasado 18 de enero, un grupo de pobladores del municipio de Tlahuelilpan, en el céntrico estado de Hidalgo, reventó un ducto de hidrocarburo y empezó a sustraer, de una forma muy rudimentaria, la gasolina.

Al cabo de dos horas, y pese a la presencia del Ejército, que poco pudo hacer para controlar a los centenares de personas que se acercaron a recoger gasolina, se registró una fuerte explosión.

Desde que llegó al poder el 1 de diciembre pasado, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, comenzó un combate frontal al robo de hidrocarburos que desde hace años sufría la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), delito que genera pérdidas millonarias para la compañía.

Según fuentes oficiales, las pérdidas llegaron a 65.000 millones de pesos (unos 3.400 millones de dólares) tan solo en 2018.

Para acabar con esta problemática, se reforzó la vigilancia de los ductos desplegando miles de agentes de seguridad y se cambió el método de transporte de gasolina a uno que implica el uso pipas (camiones cisterna).

Estas medidas han causado durante el mes de enero una crisis de desabastecimiento en diez estados del país, con estaciones de servicio cerradas y compras de pánico.