Hace casi cinco meses que la cooperativa Cocarmen cesó en su actividad debido a la grave situación económica que atraviesa derivada de los efectos de la actual coyuntura económica y, especialmente, de la existencia de una deuda de 14 millones de euros, correspondiente la mayor parte de esa cantidad a las cuentas heredadas por la directiva actual. Una de las fórmulas que están tratando de concretar para salvar la entidad es la implicación de las administraciones públicas, aunque el resultado es negativo.

"No es el mejor momento para nadie, pero lo que no se puede hacer es mirar hacia otro lado como están haciendo el Gobierno de Canarias y el Cabildo de Tenerife", manifestó el presidente de la cooperativa y alcalde de Vilaflor, Manuel Fumero. "Las administraciones no se apuran mucho en este tema", enfatizó.

En la actualidad, ya ha sido aceptado un procedimiento concursal habiéndose nombrado un administrador, si bien Fumero aseguró que "hay interés en la iniciativa privada por adquirir unas instalaciones que son esenciales para revitalizar el sector primario en la comarca".

La dirección de la cooperativa está gestionando una solución desde hace tres años con resultado negativo. "A veces te desengañas y desencantas, pero nos levantamos y seguimos trabajando y luchando por la supervivencia", añadió Manuel Fumero, quien también espera "un paso adelante" por parte del Ayuntamiento de Granadilla de Abona.

El cierre de Cocarmen afectó a un centenar de trabajadores de los centros de Chimiche, Vilaflor y San Isidro, siendo el situado en la finca La Jurada de la localidad granadillera, junto al kilómetro 55 de la autopista, el recinto más importante. La recalificación del suelo anexo al mismo y su venta posterior es otra de las medidas por las que espera la cooperativa.

Fue en noviembre de 2008 cuando la cooperativa inició un expediente de regulación de empleo que, finalmente, no prosperó y que, además, provocó una huelga de trabajadores seguida de un cambio en la dirección propiciando la salida del presidente, Juan Tomás Toledo, quien fue sustituido por Manuel Fumero tras la celebración de una asamblea. Los trabajadores siempre criticaron la gestión de la sociedad.