Los trabajadores del servicio de recogida de residuos sólidos y limpieza viaria y de las playas de Granadilla de Abona podrían protagonizar otra huelga tan sólo cinco meses después de los cuatro días (del 26 al 29) que pararon en diciembre pasado. La causa es que el gobierno municipal les ha anunciado que tendrán que reducirles el sueldo "lo máximo posible" debido a que "no disponen de dinero suficiente para atender el coste del servicio".

Se da la circunstancia de que el Ayuntamiento de Granadilla de Abona secuestró el servicio por un periodo de seis meses tras la decisión que adoptó la Junta de Gobierno Local el 29 de diciembre, comprometiéndose la Corporación granadillera a asumir la realización del trabajo "con la plantilla y los medios materiales utilizados hasta ahora".

Las palabras de agradecimiento manifestadas entonces por los representantes laborales de la empresa concesionaria, Clusa, hacia el grupo de gobierno por haber tomado tal decisión se tornan ahora en críticas ya que, a su juicio, "las medidas que nos están anunciando y adoptando reflejan que tampoco ellos han sabido gestionar este servicio".

Según informan desde el FSOC, "los sueldos que perciben la mayor parte de la plantilla se verían muy afectados por cualquier recorte que se tratara de aplicar", por lo que el malestar "crece enormemente entre los trabajadores". De hecho, se plantean tomar "medidas drásticas y contundentes para evitar lo que nos parece una gran injusticia".

Ya durante la celebración de la romería de San Isidro, que tuvo lugar el domingo pasado, se percibió que la limpieza de la zona por la que discurrió "no se pudo completar correctamente porque no dispusieron del personal suficiente y, además, abrieron al tráfico las calles antes de que pudiéramos realizar nuestra tarea".

En esa línea, la representación laboral explicó que el gobierno municipal les ha comunicado oficialmente que durante los domingos y días festivos se prescinde de un chófer y un peón que tenían encomendada hasta ahora la limpieza de las papeleras situadas en las zonas públicas. Ese trabajo lo deben asumir el resto de los empleados que realizan otras tareas durante esa jornada.

Más medidas

Pero no terminan ahí las medidas que quiere aplicar el grupo de gobierno en Granadilla de Abona a este servicio. Según el FSOC, "también pretenden eliminar las horas extraordinarias", con lo que "este tripartito va a machacar a la plantilla de trabajadores que confió en ellos plenamente hace cinco meses y que ahora, a poco tiempo para que expire el secuestro del servicio, los vuelven a poner a los pies de los caballos queriendo, además, mermar el poder adquisitivo de esta gente hasta niveles que nos queremos imaginar".

Otro argumento que contribuye a generar gran malestar entre los casi 80 empleados es "la pretensión que tiene el gobierno municipal de hacer que la recogida de residuos sólidos urbanos la realicemos durante el día en lugar de trabajar por la noche, como se ha hecho desde hace muchísimo tiempo".

Antecedentes

Durante las cuatro jornadas de huelga que protagonizó la plantilla de Clusa, filial del Grupo Camilo Álvarez Sánchez (CAS), en diciembre se acumularon varias miles de toneladas de basura en las calles del municipio, llegando las autoridades municipales a anunciar la adopción de medidas urgentes para eliminar los focos de insalubridad generados por tal circunstancia en las localidades de Los Abrigos, El Médano y parte de San Isidro.

Los trabajadores, que han venido percibiendo su salario del Ayuntamiento de Granadilla de Abona al detraer dicha administración las cantidades correspondientes del canon que paga al mes a la empresa concesionaria del servicio, están preocupados "por la incertidumbre que se cierne sobre nuestro futuro a apenas un mes de que concluya el secuestro". De momento, al menos, no se ha hablado de despidos, "pero estamos dispuestos a todo si no hay disposición a negociar una solución de consenso".

Este periódico no pudo conocer ayer la opinión del grupo de gobierno granadillero, que forman CC, PP y Sí se Puede.