La retirada de piedras sueltas que quedaron en la cueva de Santa Lucía que sufrió un derrumbe el 5 de junio y que afectó a varias viviendas, concluyó ayer. Una empresa especialista, que cuenta con escaladores profesionales, es la encargada de esta labor, cuyo objetivo es impedir nuevos desprendimientos. El concejal de Costas, Carlos Guanche, aseguró que se está a la espera del proyecto geotécnico, que determinará los riesgos y las viviendas que se podrán habitar.