"El Ayuntamiento de Arona no puede seguir haciendo la vista gorda con el problema de drogadicción y prostitución que tenemos en pleno casco urbano", denuncia el presidente de la asociación de vecinos Almácigo, Valentín Mena.

"El hecho es que las once viviendas protegidas construidas hace 22 años en el ámbito de Llano del Rey, y que nunca se adjudicaron a nadie para que las habitase, se han convertido en nidos para drogadictos y prostitutas, zona que cada noche tiene un mayor tránsito de personas que van buscando sexo o consumir estupefacientes", explica el máximo responsable del citado colectivo.

"Los vecinos del entorno incluso hacen tareas de limpieza recogiendo las jeringuillas usadas con sangre y los preservativos del suelo porque las casas, al estar abiertas, están siendo foco de atención para muchos menores, quienes van a jugar a las mismas", comenta preocupado.

"Por tanto, las once viviendas de VPO se han convertido en un foco de infección y un problema serio de salud pública para el conjunto de la población del casco", manifiesta el presidente de Almácigo.

Los políticos del gobierno local "no pueden escudarse que no conocen el problema porque las once viviendas están en una carretera de paso y estamos convencidos de que más de una vez a la semana pasan por Llano del Rey".

Mena expresa que los inmuebles después de mas de dos décadas sin ser habitados oficialmente, "ya presentan un alto nivel de deterioro y su arreglo es económicamente inviable, además han sufrido ataques vandálicos".

"La concejal de la Vivienda, que será Marta Melo y que repetirá en el cargo con total probabilidad en la configuración del nuevo gobierno municipal, debe tomar la decisión de tirarlas a la mayor brevedad. Entendemos que esa debería ser su primera decisión por el bien del casco urbano y del municipio, en su conjunto", destaca preocupado el presidente vecinal.

Instan a la dimisión

De este modo, Valentín Mena comenta que "si la edil se considera que no es competente para tomar este tipo de determinación ya está tardando en presentar su dimisión".

El máximo responsable del colectivo vecinal indica que el "malestar" por la situación generada es tan grande que no se descarta proceder a la recogida de firmas solicitando un actuación municipal urgente.

"Es muy triste pedir el derribo, pero aún es más triste y lamentable que con la necesidad de viviendas que hay en el casco se hayan tenido unos inmuebles cerrados a cal y canto durante 22 años, lo que ha derivado en su deterioro y que se hayan convertido en un punto polémico del municipio por la desidia e incapacidad de los distintos gobiernos municipales para proceder a su adjudicación a personas con necesidades", comenta.

Fuentes municipales del grupo de gobierno en el Ayuntamiento de Arona prefieren posponer su pronunciamiento ante la denuncia y preocupación de los vecinos.