El último pleno que celebró el Ayuntamiento de Fasnia adoptó la decisión de dejar sobre la mesa una moción proveniente del municipio vecino de Güímar, que a propuesta de Alternativa Sí se Puede, busca el impulso a la construcción de una perrera comarcal que preste sus servicios a la zona del Valle de Güímar.
En el texto que ahora se ha quedado pospuesto se apunta la posibilidad de que dicha instalación se ubique en Fasnia, en unos terrenos cedidos por el Cabildo de Tenerife, donde se encuentra una antigua granja en desuso, una situación que el alcalde, Damián Pérez Viera, de momento no ve con buenos ojos.
El mandatario municipal señaló que no se trata de no estar de acuerdo o ser menos sensibles con un adecuado y justo tratamiento a los animales que son abandonados por sus dueños, sino que, aseveró, “parece que en Arico y Fasnia estamos condenados siempre a soportar todo aquello que nadie quiere en sus municipios”.
Por ello, Pérez Viera explicó que su corporación ha querido posponer una decisión sobre la futura perrera comarcal “hasta que se adopte un acuerdo conjunto”, pues, según señaló, ya ha mantenido conversaciones sobre esta infraestructura con el consejero insular de Agricultura, Ganadería y Pesca, José Joaquín Bethencourt, “y todo parece indicar que la perrera comarcal es un aspecto que aún hay que ver”.
En este sentido, Bethencourt ya ha manifestado que esta infraestructura, con un coste de unos 500.000 euros, está más estancada en su impulso que el refugio que se promueve en el Norte de la Isla, en concreto en La Orotava, algo que atribuía, precisamente, a la falta de acuerdo entre las corporaciones.
Por su parte, Pérez Viera señaló que “en Fasnia somos sensibles con los aspectos relacionados con los animales como cualquiera, pero la ubicación de la perrera no está tan claro que la tenga que asumir Fasnia”.
Este municipio, más los tres que conforman la comarca del Valle, colaboran en la actualidad con el albergue que está ubicado en Güímar y que gestiona la protectora Adaa, que es la que se encarga de acoger los animales abandonados en sus territorios, una vez que en Candelaria la protectora Adanca cerró sus instalaciones al concluir en medio de la polémica el convenio que mantenía con la corporación municipal.
Gestión
La idea del futuro refugio pasaría por su impulso y construcción por parte de la Corporación insular, para su posterior cesión a los municipios que, tras garantizar su mantenimiento, pasarán la gestión a una protectora, colectivos que han venido mostrando su interés a lo largo de los años, pero no ha cristalizado la iniciativa de decidir una ubicación definitiva.
En los últimos meses, el municipio de Candelaria se ha puesto en contacto con el Cabildo, una vez que alcanzó un acuerdo con la protectora ubicada en Güímar, pero a pesar del respaldo del resto de municipios, que ya han aprobando en sus plenos la moción, la corporación de Fasnia es la que ahora ha dejado sobre la mesa el asunto, aunque sin renunciar de manera definitiva.
En los casos de Arafo, Güímar y Candelaria ya han mostrado su interés por apoyar este proyecto, que también incluiría en el servicio a Arico, atendiendo a lo dicho en la iniciativa que ha promovido Alternativa Sí se Puede en todas las corporaciones.
Sin embargo, el consejero Bethencourt recordó recientemente que los ayuntamientos que firmen el convenio serán los responsables del mantenimiento del refugio, tanto en lo que concierne a la limpieza como a la alimentación de los animales, mientras que la gestión del mismo se le concederá a una protectora de animales, como sucede en la actualidad con el refugio de una organización que está localizado en Güímar.
En este sentido, este es el compromiso principal para que el Cabildo impulse el proyecto, aunque para la puesta en marcha de este refugio ya se han perdido más de cinco años.