La segunda fase del encauzamiento del barranco de Cha Joaquina de San Isidro ha finalizado, obra que se contempló en el Plan de Cooperación y que ayer el Cabildo de Tenerife entregó al Ayuntamiento de Granadilla de Abona.

La actuación, que contó con una inversión superior a los 1,3 millones de euros, ha consistido en preparar dicha depresión, ubicada en el interior del barrio, para que tenga la capacidad suficiente para desaguar grandes cantidades de agua en caso de lluvias fuertes o torrenciales.

En el tramo en el que se ha actuado en esta fase, que comprende unos 350 metros lineales, el cauce del citado barranco se ha ampliado de forma considerable y "por su interior se pueden cruzar dos coches perfectamente", afirmó el técnico de la obra, quien explicó así la dimensión de los trabajos.

Además, se aprovechó la obra para crear la red de saneamiento, procediéndose posteriormente a su conexión.

"Los trabajos que se han realizado y que hoy recepcionamos son muy importantes porque acaban con una de las deficiencias de San Isidro", comentó el alcalde accidental de Granadilla de Abona, Esteban González, quien estuvo acompañado por concejales del grupo de gobierno.

El mandatario resaltó la "fuerte" inversión que se ha necesitado y que "estamos ante un ejemplo de colaboración entre administraciones".

"Ahora hay que centrar los esfuerzos para continuar con obras de embellecimiento en superficie", comentó González durante su intervención, así como destacó la obra del centro cívico que se construye en esta zona y "el merendero que queremos crear".

Las obras del Plan de Cooperación en este ámbito, "mediante el acondicionamiento de espacios públicos peatonales y jardines, entre otros, también han logrado unir en un solo núcleo las dos partes de San Isidro que estaban separadas por el barranco de Cha Joaquina", añadía el consejero insular de Cooperación Municipal, José Antonio Valbuena.