Lleva dos años alejado de la gestión política, periodo en el que "aprendí a darle al ordenador, escribir a ratos, a leer, a recopilar fotos antiguas y departir con los nietos. Ahí vacío los sentimientos y los recuerdos". Alejado de "los avatares políticos", Domingo Calzadilla aseguró haber sido "muy paciente y soportado una cosa tras otra con resignación". Lo penúltimo fue que su sucesor, José Juan Lemes, le responsabilizara de la desastrosa situación económica del ayuntamiento (en versión del regidor actual) que podría causar, según algunos concejales, su intervención.

"No he dejado un municipio endeudado. En 37 años hicimos un pueblo nuevo con un a inversión muy superior a los 5.000 millones de las antiguas pesetas (más de 30 millones de euros) y conseguimos un patrimonio para el municipio que era de 11.566.000 euros en 2010, según los datos oficiales", manifestó el exalcalde de Arafo. A su juicio, "hay medios para sacar esto adelante".

Calzadilla, hoy apartado de la vida política, defendió que el Ayuntamiento de Arafo dispone actualmente de unos mecanismos y posibilidades que él no tuvo cuando llegó a la Alcaldía. "Entonces le daba unas pesetas a Camilo, el sepulturero, para que comprara cal y pudiera trabajar. No había nada y era una época difícil, pero no me dediqué a darle tiros a los que estaban", apostilló.

Con esas palabras recordó que él también tuvo que superar varias crisis como alcalde, "pero ponerse por paraguas la crisis y que la culpa es de otros crea unas perspectivas poco halagüeñas para nosotros, los araferos".

Sin embargo, Domingo Calzadilla está convencido de que "hoy, Arafo está en condiciones de superar la coyuntura en la que se encuentra este mundo" porque parte con la base que supone contar con recursos "que propician un ahorro de dinero público importante".

En ese sentido, Calzadilla enumeró, como fruto de su gestión, el millón de euros recibido por el consistorio del Polígono Industrial; otros 200.000 euros anuales (para siempre) por el tercio que le corresponde al municipio por el agua del pozo que suministra al área industrial del Valle de Güímar, "dinero que permite al ayuntamiento casi cubrir las nóminas", y una nave industrial en ese enclave (por valor de 800.000 euros) al que se puede trasladar el parque municipal, lo que haría que la corporación deje de pagar los alquileres, entre otras cosas.

"Repito, no he dejado un municipio endeudado", concluyó.