Ignacio González Toledo habla sin idealismo. En su discurso defiende la importancia de gestionar bien el dinero público, producir mucho y ahorrar, antes de llegar al deseado "estado del bienestar". Tiene claro que un ayuntamiento no puede gastar más de lo que ingresa. El portavoz del Grupo del PP en San Miguel se expresa con los principios de un empresario y no se siente lastrado por haber ocupado un cargo público antes. A sus 60 años, gestiona su propia sociedad, es secretario de la Cooperativa San Miguel (Casmi) y tiene la agricultura como "hobby".

¿Cómo llegó a la política?

Entré en el PP 10 meses antes de las elecciones locales del 2011. Tengo una buena relación con Cristina Tavío (entonces presidenta insular del PP) y le planteaba ideas que se podían desarrollar. Hasta que me dijo que lo que tenía que hacer era entrar en política.

¿Está muy endeudado el ayuntamiento de San Miguel?

Tiene casi 14 millones de euros de deuda, como consecuencia de una época en la que, o no se gestionó bien, o se pensaba que la etapa de "riqueza" no acabaría. El consistorio hizo inversiones que no le correspondían.

¿Por ejemplo?

Las naves industriales en Llano del Camello. Hoy en día están a medio construir y en proceso judicial. Según el proyecto, cada metro cuadrado de edificación costó unos 780 euros. Y si una empresa cualquiera las hubiera construido hubiesen costado 480.

En esa zona el consistorio promovió también 66 viviendas.

El ayuntamiento hizo 66 viviendas, que están terminadas, pero que no se han podido comercializar. Y por su custodia y vigilancia se pagan 30.000 euros cada año. Una opción es que salgan al mercado y se alquilen por un precio asequible, 250 euros al mes, por ejemplo, con opción a compra. Con ese precio, el consistorio ingresaría 198.000 euros al año y se ahorraría la seguridad privada.

La entrada y salida de Las Chafiras aún genera retenciones.

Por la misma vía pasan los trabajadores y clientes de las empresas y comercios; los padres que van a buscar a sus hijos a los colegios e institutos de Aldea o Las Zocas, así como los vecinos de Los Abrigos, o los residentes y turistas de Golf del Sur y Amarilla Golf. Desde mi punto de vista, si no se mejoran los accesos, la gran zona industrial de Las Chafiras se paralizará y nadie querrá venir a comprar. Creo que debería hacerse una "rotonda-puente" donde ahora está el cruce para ir a Guargacho y Las Galletas, para descongestionar la actual entrada y salida, para que cada conductor se dirija sin atascos a su destino. Y también habría que hacer rotondas en la salida del polígono Las Andoriñas y Llano del Camello.

¿Una de las asignaturas pendientes es la playa de San Blas?

El que no se haya acondicionado la playa de San Blas significa que parte de los turistas que se alojan en nuestro municipio se vayan a Arona y Adeje, donde se gastan el dinero, y solo regresan para dormir. Pienso que, si no hay suficiente dinero público, se deben hacer gestiones para que en la reforma haya capital privado.

Hay otras infraestructuras comarcales que también tardan mucho en empezarse y acabarse.

Después de don José Miguel Galván Bello, ¿qué grandes inversiones se han hecho en el Sur? Hace más de 20 años que se habla del hospital y no hay manera de que se termine, mientras que el anillo insular de carreteras tampoco se acaba, a pesar de ambas son obras prioritarias.

¿Los servicios a los vecinos de San Miguel se han resentido con la crisis?

Los presupuestos hay que hacerlos en función de los ingresos de que se disponga. Actualmente, el ayuntamiento, si no consigue recaudar suficiente dinero para afrontar los gastos, sube la presión fiscal a los vecinos. Y se debe hacer un estudio sobre cómo abaratar los costes de las prestaciones para no elevar las tasas e impuestos. Por ejemplo, en vez de recoger la basura todos los días en las zonas residenciales, se podría reducir la prestación a tres o cuatro días por semana. No se pueden dar servicios de cinco estrellas cuando tus ingresos son de tres.

¿Cuál es el estado de la producción agraria en San Miguel?

La escasez de agua es un factor negativo. Si no hay agua o tiene un precio muy elevado, el agricultor no planta, porque si se sacrifica es para ganar dinero. En el Sur hacen falta más embalses cerca de barrancos para aprovechar el agua de lluvia y que esta no acabe en el mar.