Los Hermanos de la Cruz Blanca proyectan abrir un comedor social en el sur de Tenerife para dar respuesta a las personas que carecen de recursos para alimentarse. Según el padre Juan Tomás, director del Hogar San Miguel, en estos momentos no existen recursos asistenciales de este tipo en todo el sur de la Isla, desde Candelaria hasta Santiago del Teide.

Y ayer se dio un primer paso importante para desarrollar esta iniciativa. El Foro de Amigos del Sur de Tenerife (FAST), cuyo presidente es el empresario José Fernando Cabrera, entregó a la organización religiosa los 24.500 euros recaudados en la última edición de la Gala Benéfica del Sur de Tenerife.

En el sencillo acto, que se celebró el pasado viernes en el centro para discapacitados psíquicos, que los Hermanos de la Cruz Blanca gestionan en Las Chafiras, estuvieron también el vicepresidente primero del Cabildo, Aurelio Abreu; la presidenta del Círculo de Empresarios del Sur de Tenerife (CEST), Ana Concepción, así como otros destacados empresarios vinculados a ambos colectivos. Durante la entrega formal del dinero, Aurelio Abreu prometió que la administración insular también aportará dinero en sus presupuestos para el proyecto del comedor social.

El padre Juan Tomás explicó a EL DÍA que ese dinero servirá para la puesta en marcha del recurso social.

Según el director del Hogar San Miguel, la intención de su equipo es que sean los departamentos de Servicios Sociales de los ayuntamientos situados en el área de influencia del comedor social los que deriven a los usuarios del mismo.

Una de las opciones que se estudian para implantar este proyecto es Arona, pues, entre otras cosas, es el municipio con mayor población en el Sur de Tenerife y el tercero de la isla.

El citado religioso señaló que el próximo viernes, 27 de diciembre, tiene previsto mantener una entrevista con el alcalde de Arona, José Francisco Niño, para analizar la viabilidad de instalarlo en alguna de las instalaciones municipales.

Una de las alternativas que se ha puesto sobre la mesa es un local en el barrio costero de El Fraile.

El padre Juan Tomás reconoce que la organización que dirige es la primera vez que se enfrenta a un reto de estas características.

Por esa razón, el primer objetivo será ofrecer comida para unas 40 personas en cada turno y, si funciona bien, elevar progresivamente la cifra de beneficiarios.

Además de la aportación del FAST, el proyecto también ha recibido apoyo de dos oficinas de Caixabank.

La última experiencia similar conocida fue gestionada por Cáritas y funcionó durante algunos años. Su primera sede estuvo en la parte baja de la parroquia de Los Cristianos.

El comportamiento de algunas de las personas que se beneficiaban de dicho servicio generó quejas entre vecinos y empresarios de dicho núcleo.

Posteriormente, las instalaciones se trasladaron a unos locales municipales situados en Playa de las Américas.

Sin embargo, con el paso del tiempo, los ayuntamientos de la zona dejaron de aportar dinero para mantener el comedor, hasta que finalmente cerró sus puertas. Y desde entonces, hace más de 8 años, no se ha desarrollado una experiencia similar en los municipios del sur de la Isla.