A pesar de que el subsector turístico sobrelleva la crisis mejor que otras actividades económicas, "no todo lo que reluce es oro". En el Sur, varias empresas se han sometido a un concurso voluntario de acreedores para tratar de sobrellevar las importantes deudas que acumulan con Hacienda, la Administración de la Seguridad Social y diversos proveedores.

Hace dos semanas se publicó el último de estos anuncios. Un boletín oficial anunciaba que Ten Bel Turismo se acogía a este modelo para tratar de salvar su proyecto. Y no es la única sociedad que ha dado este paso. Así, la entidad que gestiona el hotel Luabay Costa Adeje (antiguo Esmeralda, en la urbanización Torviscas) y el Aguamarina, en Golf del Sur (San Miguel de Abona), están en unas circunstancias económicas similares.

Además, por la misma situación pasan los establecimientos hoteleros vinculados a una conocida familia de Arona.

En ninguno de estos casos ha sido posible conocer la versión de los responsables de esas empresas sobre tales dificultades.

Ten Bel Turismo gestiona actualmente el apart-hotel Alborada, en la urbanización Costa del Silencio, en Arona. El 8 de febrero se publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) que sus acreedores disponían de un mes para presentar los escritos con la existencia de sus créditos, en base a un auto del Juzgado de lo Mercantil número 1 de Santa Cruz de Tenerife.

El secretario de Acción Sindical de Federación de Comercio, Hostelería y Turismo (Fecoht) de Comisiones Obreras, Pedro Casanova, valora positivamente estas medidas judiciales, siempre y cuando se desarrollen "con buena fe y desde un punto de vista positivo, para reducir gastos y prolongar el pago de las deudas"

Casanova señala que está en contra de estos concursos de acreedores voluntarios cuando "se usan para reducir puestos de trabajo y, además, limitar los derechos laborales del personal".

En el caso de la citada sociedad Ten Bel Turismo, el portavoz sindical explica que los nuevos propietarios, que accedieron a la sociedad en mayo del año pasado, le han comunicado que "quieren continuar con la explotación y reducir y negociar las deudas".

En estos momentos, en Alborada trabajan unos 83 trabajadores y existe una ocupación bastante alta, una media del 80 por ciento, en sus más de 300 habitaciones, según Pedro Casanova. Desde septiembre pasado han sido despedidos cinco trabajadores. El secretario de Fecoht explica que Ten Bel Turismo tiene a su cargo a los trabajadores y no ingresa dinero alguno, pero presta servicios a la sociedad Alborada, que carece de empleados y sí genera ingresos. Respecto al hotel Luabay Costa Adeje está en fase de subasta y supuestamente varias sociedades están interesadas en la adquisición del mismo, según señala el portavoz de Comisiones Obreras. Cuenta con una media de 130 empleados, aunque este parámetro puede variar en función de las necesidades. Respecto al hotel Aguamarina, Pedro Casanova apunta que los salarios del personal no se actualizan desde el año 2010 en base al convenio colectivo y existe una sentencia conjunta para que se pongan al día. En plantilla hay unos 60 empleados, porque la sociedad utiliza mucho las empresas de trabajo temporal para atender servicios, sobre todo durante los "puentes festivos" y fines de semana. El secretario de la Federación del Comercio, Hostelería y Turismo considera que, desde un punto de vista global, algunas de las empresas que hoy obtienen beneficios llevaron a cabo hace años el proceso de saneamiento. Casanova señala que "se crea empleo en el subsector turístico, pero muy poco". En esa línea, el representante de Comisiones Obreras manifiesta que "la ocupación no está equilibrada con el aumento del empleo". Aunque desde EL DÍA se intentó conocer la versión de la patronal Ashotel sobre el asunto de los concursos voluntarios de acreedores, tal extremo no fue posible.