La venta de un terreno en los altos de Arafo a través de rifas para donar los ingresos al centro geriátrico de la localidad es el final de la historia de una familia sin descendencia directa y la voluntad de una octogenaria por ayudar a tres parientes.

Laura Bethencourt y su marido César fueron los herederos de las propiedades de Tomasa Rosalía Flores González. Tanto ella como su hermano vivieron y murieron solteros.

Laura Bethencourt relata que ambos hermanos tenían muchas propiedades y eran muy trabajadores. Sin embargo, ambos decidieron llevar una existencia muy austera, sin lujos ni ostentaciones. Tenían un carácter reservado, "pero eran generosos y muy creyentes", según su heredera. Algunos vecinos acudían a su casa, en la zona de El Convento, en Arafo, para comprarles almendras, vino o miel, por ejemplo.

Tomasa Flores tenía algo de supersticiosa y, cada vez que llegaba de comprar, tiraba al suelo las pequeñas monedas que le sobraban, porque estaba convencida que eso daba suerte.

Los dos hermanos solteros tenían muchos familiares lejanos, pero decidieron confiar en el taxista que los llevaba al médico y a otras gestiones, César, y su esposa para que cuidaran de ellos en sus últimos años.

Tomasa Rosalía Flores falleció en el año 2003 y le dejó un encargo al matrimonio que heredó sus bienes.

Tres primos hermanos suyos permanecían en el centro geriátrico María Auxiliadora de Arafo y su voluntad fue que, con la venta del terreno que tenía en el paraje que poseía en Abarzo, se generara dinero para ayudar a sus parientes y al resto de usuarios de dicha residencia.

Once años después, sus primos, identificados como Rosa, Francisco y María, fallecieron y hace más de un año que también murió César, el taxista que se ganó la confianza de los hermanos Flores.

Laura Bethencourt tiene claro que debe cumplir el objetivo de vender el terreno de frutales y de difícil acceso. En su momento, la venta directa de la propiedad no fue posible.

Por ese motivo, ha decidido, con la ayuda del Ayuntamiento de Arafo, que una alternativa puede ser la distribución de rifas. De momento se han puesto en venta unos 5.000 ejemplares a cinco euros cada uno.

El trabajo parece difícil, pero no imposible. Las rifas pueden adquirirse en el propio consistorio arafero y varios establecimientos.

Las ventas rondan ya los 2.000 euros, según señalan fuentes municipales.

Laura Bethencourt señala que cada rifa tiene dos números y el sorteo coincidirá con el de la ONCE del 28 de agosto, es decir, coincidiendo con las fiestas del pueblo sureño.

Bethencourt explica que a los mayores del geriátrico les faltan muchas cosas y con el dinero de la venta del terreno se pueden paliar algunas de esas carencias.

Explica que en dicho recinto existe espacio para la construcción de una barbacoa que sirva de lugar de esparcimiento para las personas que allí residen.