El concejal de Obras del Ayuntamiento de Candelaria, Ramón Gil Molina, manifiesta su preocupación por la erosión que sufre el barranco de Tapia, a la altura de la calle José Miguel Galván Bello, por lo que recientemente visitó la zona acompañado por el arquitecto de su departamento y técnicos del Consejo Insular de Aguas. "Desde hace tiempo la zona se ha ido erosionando por las aguas de las aguas pluviales que desembocan en el lateral de barranco y nos hemos dirigido al Consejo Insular de Aguas con el objetivo de buscar soluciones que garanticen la paralización del deterioro que se registra en los laterales del barranco", según Gil Molina. El responsable del área de Obras en el consistorio candelariero señala que desde la Concejalía las soluciones que se han analizado pasan por "aumentar los imbornales, incrementar la salida de las pluviales hasta la salida del barranco y posteriormente, proteger el talud de la ladera para evitar que continué el deterioro". Gil indica que la "obra es algo costosa, por lo que se requiere la colaboración de la entidad insular".