Marion Stainhauer, una alemana de 54 años, asegura que en estos últimos días ha escuchado "muchas tonterías" sobre su situación personal y su relación con el Ayuntamiento de Arico. El 1 de agosto abandonó la casa alquilada que tenía en La Sabinita y buscó otra en la que, además de no exigirle fianza, pudiera desplazarse sin barreras arquitectónicas. Y explica que eso no fue posible en la tarde ni en la noche del citado día, a pesar de los intentos realizados en varias casas y viviendas de turismo rural con el apoyo de una trabajadora municipal.

Y es que Stainhauer sufre una discapacidad del 74 por ciento, ha sufrido cinco ictus, tiene el brazo izquierdo paralizado completamente y camina con dificultad. Además, tiene poco equilibrio y, por ejemplo, no puede residir en una casa con escalones y cuya baranda le quede por el lado izquierdo.

Marion aclara que cobra mensualmente una pensión de 668 euros y matiza que con eso tiene para pagar el alquiler, así como la comida suya y la de su perro. Por ese motivo, rechaza que se la califique de "indigente" o que se diga que vive "gracias a los vecinos". Explica que los ciudadanos solo la han ayudado para trasladar su compra hasta su casa.

A pesar de sus limitaciones físicas, Marion Stainhauer no se resigna a quedarse en una vivienda que le ofrezca todas las garantías y una persona que la conoce explica que "es un poco aventurera".

Guarda muchas de sus pertenencias en un coche. Cuando abandonó una vivienda de alquiler en La Sabinita y desde el consistorio de Arico no le pudieron encontrar una nueva casa para pernoctar esa noche, estaba a dispuesta a dormir dentro de su vehículo, con sus propiedades y su perro.

Sin embargo, la concejal de Bienestar Social, Loly Díaz, no consideró que esa fuera la mejor opción y le ofreció para dormir el sofá de su despacho.

Sin embargo, Marion le dijo que disponía de dos mantas y que prefería descansar en el suelo. Además de dicha oficina, le dejaron usar la cocina y el baño del recinto. Eran aproximadamente las 7:30 horas de la mañana del 2 de agosto cuando policías locales que entraban a su turno encontraron a Stainhauer en las citadas dependencias. La mujer germana señala que únicamente insistieron en pedirle la documentación y no querían saber más.

En un determinado momento, indica que salió de la Concejalía de Bienestar Social a la calle y que en ese momento los agentes municipales le retiraron las dos mantas con las que durmió en la referida oficina. Y lamenta que, aunque se las pidió a los funcionarios policiales, estos no se las dieron. Dos días después, tuvo que ser una trabajadora del consistorio la que reclamara las citadas pertenencias de Marion en la Jefatura de la Policía Local.

Desde que ocurrió el mencionado incidente, que fue denunciado hace días por el Partido Socialista, Stainhauer reside en una vivienda situada en el casco histórico de Arico, concretamente en la vía que conduce hacia Ortiz, justo enfrente de la farmacia del pueblo.

En unos días se marcha a Gran Canaria

La mujer alemana de 54 años señala que la próxima semana se trasladará hasta Gran Canaria. Explica que ha encontrado una vivienda sin barreras físicas y cerca de la playa en un municipio del Sureste de dicha isla. Reconoce que el exceso de sol la perjudica y está dispuesta a pasar otra etapa de su vida en otra isla del Archipiélago. En Arico residió siete meses, concretamente desde febrero hasta agosto; primero en Arico Viejo y después en La Sabinita. En ese tiempo, recibió ayuda a domicilio costeada por el Ayuntamiento, concretamente para hacer la cama y algunas tareas del hogar.