Comenzaron los trabajos en el barranco del Infierno para la eliminación de la pedregosidad, nivelación y compactado del firme del sendero, la reparación de los muros de contención, la mejora de las salidas de agua del sendero, la instalación de nueva señalética y retirada de residuos y basuras del cauce. La actuación supone una inversión de 182.000 euros, cofinanciados en un 85% por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader). Los trabajos los realiza la empresa pública Tragsa con un plazo de ejecución de tres meses.

La consejera de Medio Ambiente del Cabildo de Tenerife, Ana Lupe Mora, y el teniente de alcalde de Adeje, Julio Gonzalo Delgado, visitaron la obra que ocupa el cuarto lugar en la lista de los lugares más visitados de la Isla.

Se trata de mejorar la seguridad para los visitantes, que incluirá la necesidad de acudir a la cita previa para acceder a este espacio protegido, según manifestaron ambas autoridades.

La reserva natural especial de Barranco del Infierno incluye un sendero que era utilizado antiguamente por cabreros y canaleros. Discurre en una suave pendiente y a través de un paisaje en el que se localizan varios miradores, un antiguo canal y colmenas tradicionales.

La importancia de este espacio reside en el hábitat acuícola y rupícola que alberga, su fauna y flora asociada, con muchas especies endémicas, y la estructura geomorfológica de todo el conjunto.

El Cabildo y el Ayuntamiento de Adeje suscribieron en 2013 un convenio mediante el cual el consistorio gestiona el servicio de información, control de visitantes y conservación del sendero. Dicho acuerdo contempla que la gestión municipal la podrá realizar la Corporación municipal de forma directa o mediante concesión a una empresa privada, así como que el ayuntamiento acordará el cierre del sendero del Barranco del Infierno por motivos de seguridad.

El 4 de marzo pasado, el gobierno municipal decidió cerrar el acceso al Barranco tras el accidente sufrido por una visitante debido a desprendimientos.

Cinco años sin control

La reserva natural especial del Barranco del Infierno es un espacio protegido de 1.843,1 hectáreas, con barrancos profundos separados por lomas estrechas y los roques del Conde, Imoque y Abinque. En agosto de 2009 fue cuando el desprendimiento de una roca causó la muerte de una turista alemana. Desde entonces, el acceso a este lugar ha estado prohibido. Aún así, y aunque 9 de agosto de 2013, el Cabildo y el Ayuntamiento de Adeje firmaron un acuerdo para desbloquear la apertura del sendero (que nunca se produjo), los senderistas se arriesgaron durante estos años a caminar por el interior de este espacio, incluso con nuevos accidentes.