Más de veinte años avalan la experiencia comercial de Francisco García Hidalgo en Candelaria. Cambió su Ronda natal por la Villa mariana. Atrás queda su actividad en la hostelería, hoy eclipsada por su tienda de imágenes religiosas en la céntrica calle de La Arena. Si de algo presume Paco "del Bazar El Regalo" -como lo llaman- es de escuchar al turista y tomar nota de sus sugerencias. Eso le ha llegado, cuenta, a intentar en varias oportunidades desembarcar en la política, o aconsejar a los gestores públicos desde la "mundología" del visitante. La última experiencia fue como candidato de UPyD, en mayo. Antes, fue secretario de la asociación de comerciantes y "amenaza" con volver.

En aras de mejorar e intentar hacer las cosas bien, según explica, Paco García le propuso al concejal socialista Jorge Baute -antes de Policía, ahora de Servicios- habilitar aparcamientos sobre la plaza de la Basílica, como hizo con el apoyo en la nueva corporación del nacionalista Carlos Sabina -edil de Policía-, a quien le agradece su entusiasmo y dedicación.

En 2012, realizó un estudio, no un proyecto, para evitar que los conductores se marcharan por no poder estacionar. "Es bueno gobernar en pacto; aquí en Candelaria se ha notado un cambio de actitud, más dialogante, no como en la época de Sindo García, que era un total hermetismo".

García Hidalgo explica que, según ese estudio, una media de cien vehículos diarios abandonan Candelaria porque no encuentran donde aparcar. Por ello, "propuse a Jorge Baute habilitar en la plaza unos aparcamientos, complementándolos con una señalética desde Punta Larga que advirtiera al visitante que restaban 300, 200 o 100 metros para llegar a la Basílica. Así, antes de llegar a la plaza, si encontraban un sitio, aparcarían, y, si no, en la plaza". Esta idea, que se ha topado con la legalidad que ha hecho valer la Consejería de Patrimonio Histórico del Cabildo por ser la plaza BIC, preveía acotar los aparcamientos sobre la plaza con unas vallas decoradas tal vez por un grafitero y costeadas por los comerciantes, con un sistema de "quita y pon". Desvela la intención más ambiciosa de Baute, que apostaba por quitar un metro y medio alrededor de la plaza de la Basílica y habilitar aparcamientos en batería a la espera de que se ejecute el proyecto de remodelación del entorno.

Paco García asegura que su proyecto, que cuenta también con el respaldo de otros empresarios -como Fernando, propietario de uno de los bares de la plaza-, no es "por egoísmo de los dueños de los negocios, sino pensando en el visitante. He visto a muchas personas, algunos con familiares terminales, que vienen a ver la Virgen y se van desconsolados".

El promotor de la idea de los aparcamientos lamenta, aunque dice entenderlos, que algunos políticos, como el del PP -que fue quien puso al descubierto la ilegalidad- o Vecinos Por Candelaria, denunciaran los aparcamientos en superficie para ganar notoriedad. García Hidalgo no entra en si la corporación hizo la obra antes de pedir permiso: "Las cosas hay que hacerlas bien, pero los aparcamientos son una necesidad", destaca. Respecto a la ejecución del proyecto de remodelación de la Basílica que se ha reactivado por la declaración institucional del PP, García Hidalgo incide en la necesidad de que la nueva plaza tenga al menos una planta de aparcamientos subterráneos -unos 150, como estaba previsto-, y no se suprima y se limite a una mejora en superficie, como ya ha anunciado el presidente del Cabildo.