Chío es un pueblo, o una localidad, de Guía de Isora que ocupa un lugar propio en la comarca sureña y, silenciosamente, en toda la Isla. Si bien la entrada en servicio del tramo sur del anillo insular de carreteras puede cambiar algo la situación, Chío es un punto de referencia en el paso hacia el Norte o hacia el Sur de la Isla, dependiendo del sentido de la circulación. Enclavado en una especie de cruce de caminos que lleva al visitante hacia la cumbre de la Isla o hacia la medianía santiaguesa, su condición geográfica también le ha llevado a ocupar un lugar preferente en el municipio. De hecho, este es un pueblo tradicionalmente reivindicativo de lo que consideran sus derechos "porque somos cumplidores con nuestros deberes", apostillan.

Los últimos dos decenios han sido años de desarrollo de la localidad. Desde la "luchada y trabajada" farmacia (a finales de los años 90 fue una reivindicación muy importante), hasta un consultorio médico "en mejores condiciones", un centro cultural, el Centro de Desarrollo Local, cementerio, iglesia, colegio... En Chío "casi no falta de nada". Pero, como en cualquier otro lugar, la crisis económica deja su huella.

Hay quien sitúa en 1902 el despegue de esta localidad, cuando la economía del lugar se ve marcada por la llegada del agua "gracias al tesón de un vecino, José Évora Franquis, quien no dudó en emplear su presupuesto particular para conseguirla". El emplazamiento del pueblo, en un entorno estrictamente rural, hizo que la población de la zona basara su subsistencia en la agricultura, bien como autoabastecimiento y recurso económico o como lugar de trabajo. La proximidad con la zona turística más importante de la Isla propició la incorporación de las nuevas generaciones al sector servicios, que hoy es predominante.

La presencia de la cooperativa Nuestra Señora de La Paz, dedicada a la exportación de productos agrarios de la zona (tomate, principalmente), refleja la relevancia que tuvo el agro en Chío. La incorporación al mercado de casas de arquitectura tradicional canaria restauradas al subsegmento del turismo rural también es un indicador del potencial que tiene el lugar. De hecho, una parte "noble" de este pueblo es la iglesia de San Juan Bautista y su entorno, un núcleo a conservar.

Las panorámicas desde Chío son otros atractivos. No solo el Teide, el Pico Viejo y los montes de Vilaflor, sino el mar y las islas de La Gomera y La Palma forman parte de los atractivos de este núcleo.

Chío no es solo un pueblo. Chío es "una forma de entender este Sur y nuestra sociedad".

Nombre

En la Enciclopedia Guanche se dice que Chío es un topónimo aborigen, "lo que podría indicar que esta zona ya estaba poblada, al menos estacionalmente, en época anterior a la conquista. En las Constituciones Sinodales del obispo Pedro Dávila y Cárdenas, del año 1737, aparece citado este poblado sumando una población junto a Isora de 24 vecinos (100 habitantes), dedicados a la ganadería menor, las sementeras y al policultivo".

La iglesia

La iglesia de San Juan Bautista es otro esfuerzo de los vecinos de Chío, porque fueron ellos, con su dinero, quienes financiaron su construcción en 1960. Nuestra Señora de la Paz, San Juan Bautista, San Antonio Abad, Nuestra Señora del Coromoto, San Juanito y Santa Cecilia son imágenes de interés.

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