La alcaldesa de Güímar, Carmen Luisa Castro, defiende como una cuestión "innegociable" la regeneración de los barrancos afectados por la extracción de áridos durante casi medio siglo. Pero, a renglón seguido, sostiene que "en ningún caso renunciaré a la generación de empleo, riqueza y desarrollo para los güimareros. Y eso pasa por el uso de esos espacios".

Con tal premisa, Carmen Luisa Castro explica que "apoyamos la iniciativa legislativa que promovió el Cabildo porque se nos planteó que, a través de la disposición transitoria segunda, en Güímar se podían realizar los proyectos que la iniciativa privada nos está planteando". Ante el resultado del encuentro entre los presidentes regional e insular, Fernando Clavijo y Carlos Alonso, respectivamente, y anunciado por este último, la alcaldesa güimarera lo tiene claro: "Me han engañado".

Actualmente, el Ayuntamiento de Güímar trabaja en un macroproyecto de restauración, "no de protección de los barrancos, como habla el gobierno del Cabildo". De hecho, recordó que en la sesión plenaria celebrada por el Cabildo de Tenerife el pasado noviembre "fue CC quien respondió al PP que con esa iniciativa legislativa no se podían realizar estos proyectos. Eso contradice lo que acordamos con el presidente del Cabildo. Es más, el propio Clavijo me comunicó que esa iniciativa no sería tramitada por el Parlamento de Canarias. Con Güímar no se juega, que quede claro".

El consejero insular de Política Territorial, Miguel Ángel Pérez, reprocha a la alcaldesa su posicionamiento actual después de haber firmado la iniciativa legislativa y asegura que "la única forma de resolver el problema de los barrancos es declarar la zona como suelo rústico de protección ambiental". En declaraciones a El Día Televisión, indicó que el desarrollo de esos proyectos requerirá un mínimo de 20 años.

Aclarando que el Cabildo desconoce la existencia de los mismos, Pérez puso en duda "que haya inversores reales que quieran invertir en una zona de alto riesgo, sin restauración y con grandes problemas legales". El consejero insular fue rotundo: "Primero, restaurar; después, hablamos de los proyectos que quieran. Pero primero, restaurar".