Tal vez sea por el poder de convocatoria de Serenques -ausentes y fuera de la final de Las Palmas por primera vez en 30 años- o porque tampoco vino Junior Alonso, que no acabado el Carnaval y ya está fuera de la disciplina de Rockefellers, a la que se incorporó el pasado verano. Lo cierto es que el XV Festival de Murgas de Candelaria, que este año volvió a ser gratis gracias al empeño del concejal de Fiestas de la Villa, Juan Carlos Armas, no logró reunir ni 2.000 personas entre sillas y gradas. Casi una cuarta parte del aforo, que desbordaba en sus orígenes.

El certamen del sábado en la plaza de la Basílica reunió a Diablos, que fue la telonera en calidad de invitada, para seguir con los terceros de Interpretación de Las Palmas y Tenerife, Traviesas y La Traviata; segundos, Nietos de Sary Mánchez y Bambones, y primeros, Legañosos y Mamelucos.

1.- Diablos Locos (1971).- Abrieron la velada Diablos Locos, "ganadores" del Premio Pulmonía, por el mérito de desnudarse con las bajas temperaturas de la noche del sábado en la plaza de la Basílica. Como teloneros e invitados, solo interpretaron un tema, que estuvo a la altura de la gala drag de Las Palmas, con el humor trónico de Víctor Asensio. De las siete murgas participantes, fueron los únicos que modificaron su repertorio para incluir una referencia a la drag canariona. Aún así, una canción de humor que acaba tras un giro de crítica cargando contra los maltratadores y al grito de "maricona tú" se define sola.

2.- Traviesas (2008).- A partir de ahí se sucedieron los premiados. De Las Palmas, Traviesas. Parecía que cantaba de puntillas, con miedo a equivocarse. Una murga femenina elegante, pero a la que le faltó fuerza. En su mejor momento, recordaba algún toque de Triquikonas, en su tema de las redes sociales. Tal vez un espejismo. Entre sus triunfos, las letras de Raquel García, de Clónicas.

3.- La Traviata (2004).- Siguieron los terceros de Tenerife, La Traviata. Un bálsamo para los oídos, con una actuación de calidad musical que fue irregular durante su "Traviata directo" y "Runnin". Altos y bajos que dificultaban calentar el ambiente. Lo mejor, el número de humor que prepararon para ridiculizar a "Antonia Champán" con el particular "Drag Traviata" que ganó en Las Palmas con el "muñón".

4.- Nietos de Sary Mánchez (2012).- Tiempo de segundos. Fueron sensacionales en "Antitrainnin" y "Gray". Musicalmente, potentes; apuesta por humor -que se agradece-, aunque tardan dos minutos para contar el chiste de doble sentido y hacer reír. Han pasado varias generaciones para que una murga de Las Palmas pueda tutear a lo más granado de Tenerife. En sus cuatro años han revolucionado de Las Palmas, equivocaciones del jurado al margen. Sorprendieron por coreografía triqui, aunque arrítmicos.

5.- Bambones (1982).- Segundos en Tenerife. Cantaron presentación a Luis Hormiga, "Suspi", y la emoción les obligó a arrancar de cero para ir en busca de la magia. Son únicos poniendo música a la pasión murguera. Triunfos: "Samborondeños" y "Ley mordaza". El sonido, iba y venía. Sus letras, para deleitarse. Temas para escuchar, y pasacalle y despedida, para bailar. "Ley mordaza", premio Criticón, la mejor de la noche.

6.- Legañosos (1982).- Los primeros parecían dormidos aún. Siempre elegantes y señoriales, cambiaron y se prestaron al juego fácil de arremeter contra las murgas de Tenerife, además de abusar del atrezzo, que atrabancó escenario. Los hilos conductores de sus canciones ("El esquimal" y "El heladero") contagiaron un repertorio frío y dificultaron seguir la letra por los saltos. Y ganaron en Las Palmas. Lo peor, por delante de los "nietos" de Tenerife". Legañosos, ganadores del "Tomás Pérez" por la calidad de la letra... y no la cantaron. Tal vez la intervención de una solista y el canto a los comedores sociales deslumbraron al jurado, una perla en un desierto. O mejor en el Polo Norte.

7.- Mamelucos (1981).- Cerraron los ganadores de Santa Cruz, después de 24 años. Su presentación, una banda sonora. Sus canciones, "Festivales" y "Récord Guinnes", confirmaron que eran los más equilibrados: en calidad de voces, letras -sin ser la bomba- y... volvieron a conectar, como en la final, aunque para esa hora en la plaza ya se hubieran marchado muchos.

El encuentro se enfrenta a la necesidad de reinventarse para volver a cautivar, y es que Candelaria no puede esperar otros quince años a que nazca una murga como Nietos de Sary Mánchez que pueda tutear a una tinerfeña. El encuentro ya no es novedad, sino tradición, y no tiene morbo.