Los bomberos voluntarios de Adeje y Guía de Isora están de celebración. Acaban de cumplir 30 y 20 años de existencia, tres y dos décadas de servicio y trabajo desinteresado a beneficio de sus municipios y vecinos.

Los Bomberos Voluntarios de Adeje comenzaron su andadura en 1986 para cubrir la necesidad que había en todo el Sur de Tenerife de un servicio contraincendios y de rescate. El parque más cercano era el de Santa Cruz de Tenerife y su creación permitió dar una respuesta más rápida a los incendios y problemas que se presentaban.

El actual presidente del colectivo adejero es Carlos Barrera, quien recuerda que el pasado año tuvieron un total de 480 salidas. Cuentan con 44 bomberos voluntarios, así como unas instalaciones y unos medios que son un referente para otros parques de voluntarios de Canarias e, incluso, de España. Barrera dice que, durante las 24 horas, hay una dotación mínima de cuatro bomberos en el parque: un jefe, un conductor y dos bomberos, a los que se pueden sumar más o menos compañeros, en función de la gravedad de la emergencia.

Barrera, uno de los dos miembros que recibe salario del ayuntamiento por su labor en el parque, aclara que el presupuesto anual del colectivo ronda los 120.000 euros, de los que el 50% procede del Consorcio de Tenerife, el 10% del Consistorio adejero y el 40% restante de la autofinanciación, mediante cursos de formación y su participación en planes de seguridad. Si en 2015 la asociación adquirió equipos de intervención de última generación para todos los bomberos, para las próximas semanas se prevé empezar a usar un camión Scania con la última tecnología, que cuesta 270.000 euros y que se pagará a plazos.

En los próximos años, Barrera quiere establecer, junto con la Escuela de Seguridad de Adeje, dos o tres ciclos formativos para bomberos voluntarios, y ampliar el actual parque.

El presidente de la Asociación de Bomberos Voluntarios Guaria de Guía de Isora, Francisco Ruiz, afirmó durante la celebración del XX aniversario de la organización que "nunca hemos tenido un grupo tan bueno, preparado y con tanto entusiasmo como el que tenemos hoy, 20 años después de nuestra fundación".

Ruiz reconoció que "no es fácil durar tantos años" y añadió que "todo esto no hubiera sido posible sin el apoyo y esfuerzo de una persona que creyó en el proyecto desde el minuto uno". Tras la proyección de un vídeo, titulado "Un bombero más", desveló que esa persona era Pedro Martín, el alcalde isorano, al que llamó al escenario para imponerle la insignia de oro de la asociación.

El regidor les trasladó su respeto y admiración por el trabajo que realizan. Señaló que "me han obligado a intentar hacerlo mejor como alcalde y siempre me ha sorprendido el amor que han demostrado a este municipio".

El jefe del Consorcio de Bomberos de Tenerife, Salvador Reyes, participó en el aniversario de los bomberos isoranos y aseguró que "Guaria es un colectivo que tiene claro cuál es su función como bomberos voluntarios: colaborar, ayudar y atender las necesidades de aquellos lugares donde no llegan los profesionales". Alabó su generosidad, sacrificio personal y familiar, y desmintió que los voluntarios quiten puestos de trabajo: "La prueba la tenemos en Tenerife, donde los voluntarios se han integrado perfectamente en el consorcio y complementan la labor de los profesionales".

Francisco Ruiz, presidente de los Bomberos Voluntarios de Guía de Isora, recuerda que, hace poco más de dos décadas, cuando había un incendio forestal, un camión y la guardia civil pasaban por algunas calles del municipio buscando a "voluntarios" que acudieran a apagar el fuego. Ese "protocolo" (por llamarlo de alguna manera) demuestra cuánto han cambiado las actuaciones en emergencias desde mediados de los noventa. Francisco Ruiz señala que la experiencia del fuego en el pinar de Tágara en 1995 le llevó a impulsar el proyecto de un colectivo uniformado, equipado y preparado para esas intervenciones. Señala que entonces no tenía los 20 años cumplidos, pero el alcalde, Pedro Martín, atendió la demanda de apoyar la asociación. Actualmente, el colectivo está en fase de crecimiento y expansión en cuanto a medios e instalaciones. Ruiz señala que, dentro de un mes aproximadamente, dispondrán de un nuevo camión cisterna con capacidad para 12.000 litros de agua. Dicho vehículo actualmente se está acondicionando para que sirva de recurso nodriza en caso de grandes incendios. Además, el colectivo está en negociaciones para intentar ampliar las instalaciones del parque. Se trata de disponer de mayor superficie en el edificio que utilizan frente al colegio La Era. De los fundadores de la agrupación de Protección Civil, en la actualidad siguen cuatro miembros: Adrián Rodríguez, José Pérez, Francisco Pérez y el propio Francisco Ruiz. El presidente de los voluntarios isoranos señala que "damos apoyo a los profesionales, es decir, no buscamos suplirlos, sino facilitarle su actuación y que el trabajo esté bien hecho". Ruiz añade que "apoyamos firmemente que haya un parque de bomberos profesionales en Guía de Isora, por la seguridad de la gente".

Un incendio forestal en Tágara en el año 1995

En septiembre de 1995 hubo un incendio en el pinar de Tágara (Guía de Isora). Numerosos jóvenes y operarios municipales del municipio acudieron voluntariamente para colaborar en las labores de extinción. Esa emergencia fue el detonante por el que los fundadores de los bomberos voluntarios vieron la necesidad de crear un cuerpo coordinado que supiera cómo actuar y contara con los medios adecuados. El colectivo de voluntarios isorano se constituyó oficialmente el 6 de julio de 1996, por aquel entonces como Agrupación Municipal de Protección Civil, impulsados y apoyados desde la Concejalía de Seguridad Ciudadana de Guía de Isora. Sus primeros responsables fueron Francisco Ruiz y José Antonio Prieto. Su andadura la iniciaron con 20 miembros, con una sede de 50 metros cuadrados en la urbanización El Pinillo y un camión cisterna de la marca Pegaso. En 1998 adaptan sus estatutos y se configuran como asociación de bomberos voluntarios, denominándose "Guaria". En 2003, el colectivo se integra dentro del Consorcio de Bomberos de Tenerife y un año después, en 2004, estrenan sus nuevas dependencias en un edificio de la calle La Magarza.

Un grupo de autoprotección en 1985

A mediados de los años 80 del siglo XX, el parque de bomberos más cercano al Sur de la Isla estaba en Santa Cruz de Tenerife. Por eso, a finales de 1985, un grupo de hoteleros planteó la importancia del proyecto y surgió el Grupo de Autoprotección de Playa de las Américas (GAPA). El 26 de junio de 1986 surgieron los bomberos voluntarios, primero de Playa de las Américas, después de Tenerife Sur y, finalmente, en 1990, de Adeje. En los primeros momentos usaron como base el húmedo garaje de unos apartamentos situados en el acceso a Puerto Colón. La formación la recibieron de bomberos de Santa Cruz y de los voluntarios de la localidad alemana de Unterhaching. La unión con este colectivo germano perdura hasta hoy, hasta el punto que el Ayuntamiento de Adeje se hermanó con ese enclave limítrofe con la ciudad de Múnich y hasta una calle de la zona turística lleva ese nombre. Si esa aportación a los Bomberos Voluntarios de sus colegas alemanes de Unterhaching ha sido clave, no lo ha sido menos el apoyo del Consistorio de Adeje, que ha aportado durante años recursos económicos, material e instalaciones. De los impulsores iniciales, solo queda en activo Carlos Paulen, expresidente y ahora vinculado a asuntos de formación.

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