Bajo la Cuesta reunió ayer a unas 500 personas en la manifestación contra el desalojo celebrada desde el Ayuntamiento de Candelaria a la plaza de la Patrona, recorrido durante el que reivindicaron, con pancartas, "menos imposiciones, más diálogo vecinal, más solidaridad" y que no les corten el agua y la luz, mostrando su "no al desalojo sin realojo".

El día 27 se ha fijado como fecha límite para que sus casas estén vacías porque el juzgado autorizó a entrar para desalojarlas. "Esta es la traición de PSOE y Coalición", gritaron, "PSOE y Coalición, te niego mi voto por traición", era el lema que figuraba en una pancarta. "¿Todos en la misma dirección, Efraín?", cuestionaban en otra al presidente local de CC.

No se niegan a dejar las casas, pero quieren garantías y fechas para el regreso a sus hogares, reclamando una vivienda alternativa mientras tanto y que la pague el ayuntamiento. En el manifiesto leído, la alcaldesa era señalada como "la jefa de la banda"; el grupo de gobierno es autor "de la burla de los derechos más sagrados e indiscutibles", además de "torturador de niños, ancianos y personas débiles e inocentes", y vaticinan que las obras en el talud comenzarán en cinco años. "Podéis pararlo, pero no queréis".

Existe "grave riesgo" de desprendimiento en el talud, el desalojo es "provisional y autorizado por el juzgado", el gobierno local estudia las 15 peticiones de ayudas de emergencia (solo para los que tienen su única vivienda en el barrio) recibidas por otras tantas de las 55 familias que residen en el lugar, que empezó a estar habitado "hace unos 30 años" y a las que retornarán "en el momento que tenga un informe que me permita autorizar la vuelta tras las obras de estabilización del talud". Mientras tanto, las casas serán vigiladas para evitar su expolio. Así lo aseguró la alcaldesa, María Concepción Brito.