Fuentes de Aena en Canarias informaron ayer a EL DÍA de que la falta de espacio para estacionar aviones en el aeropuerto de Tenerife Norte, en Los Rodeos, impidió que se pudieran desviar más vuelos durante el cierre de la pista de Tenerife Sur, el pasado día 27. Tras la rotura de varias ruedas del tren de aterrizaje de un avión de Jet2, procedente de Manchester (Inglaterra), la pista se cerró durante seis horas y se desviaron cuatro vuelos al Norte, dos a Fuerteventura, tres a Lanzarote y 25 a Gando, en Gran Canaria, "por tratarse de un aeropuerto con mayor capacidad y horario de 24 horas".

Aena recalca que el problema de Los Rodeos no está en su pista, que podría recibir muchos más vuelos, "sino en la plataforma donde se estacionan los aviones", que es relativamente pequeña y tiene poca capacidad para acoger aparatos grandes. Además, la terminal de Gando también tiene más capacidad para atender vuelos internacionales con aeronaves de gran tamaño, y un horario ininterrumpido.

La decisión de desviar la mayoría de vuelos a Gran Canaria pretendía, además, evitar el colapso de los vuelos interinsulares, que se concentran en un 95% en Los Rodeos. Desviar más vuelos a Tenerife Norte podría haber agravado el problema al afectar al tráfico entre islas, señala Aena.

Aparte del tamaño de la plataforma de espera de aeronaves, otra de las razones que justifican el desvío masivo de vuelos de Tenerife a Gran Canaria está en el horario de los aeropuertos: "Los dos únicos que operan las 24 horas del día son Gando y Reina Sofía, por lo que se optó por esa medida. Alrededor de las 2:00 horas del 28, ya habían podido continuar 22 de los 35 vuelos desviados. Otros aviones tuvieron que pernoctar en Gando.

En medio del debate de la segunda pista del Reina Sofía surgen otras carencias: la reducida plataforma de Los Rodeos y su horario.