El alcalde de Santiago del Teide, Emilio Navarro, demanda la inclusión de la obra demandada para el talud de La Vetita en el convenio de Carreteras, "teniendo en cuenta que se trata de un punto peligroso de la red viaria que requiere de una intervención urgente". Una medida que el regidor santiagués formula "ante la respuesta insatisfactoria que dio el grupo de gobierno en el Cabildo a la petición del Grupo Popular".

La construcción de un túnel que atraviese la montaña del Herrero, en la localidad de Tamaimo es la solución que propuso y defiende el gobierno municipal que preside Emilio Navarro para resolver la situación de inseguridad que se registra en un tramo de la carretera TF-82, que enlaza la medianía del municipio con la localidad isorana de Chío.

Sin embargo, la respuesta del gobierno insular refleja que el proyecto del túnel La Vetita es inviable, según el informe de los técnicos de Carreteras, quienes aconsejan una actuación en el talud, intervención que está prevista en el Programa Insular de Carreteras.

Emilio Navarro insiste en que "el túnel es la solución, el resto no resuelve el problema", asegurando que en este punto de la red viaria "se producen desprendimientos con asiduidad", especialmente durante los días de lluvia intensa.

La carretera TF-82, que enlaza Tamaimo y Chío, es una vía que ha visto decrecer la cifra de usuarios después de la puesta en funcionamiento del tramo Sur del anillo insular. "Pero sigue siendo muy frecuentada y es un tramo que hoy está en situación de inseguridad. Eso no lo podemos prolongar en el tiempo y exigimos soluciones".

El alcalde de Santiago del Teide espera que el Cabildo muestre aún "algo de sensibilidad en este asunto" ya que las acciones realizadas hasta la fecha no han dado los resultados satisfactorios que cabría esperar.

En este talud, de naturaleza rocosa y "bastante inestable", como llegó a admitir el director insular de Fomento, Miguel Becerra, se realizaron tareas de estabilización como la colocación de una malla y una limpieza exhaustiva (junio de 2009), una acción segunda acción similar con el añadido del anclaje de rocas grandes y desprender otras en peligro de caer (marzo de 2010) y una tercera actuación consistente en colocar una malla de triple torsión en 1.900 metros cuadrados anclada a la cabecera y al pie del talud (mayo 2015). Esta última medida se aplicó después de que fuera propuesta en junio de 2012 como consecuencia de un desprendimiento registrado en La Vetita.