El secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto, ha dicho hoy que su departamento estudiará la posibilidad de sacar de la zona conocida como cantón militar o antigua leprosería de Arico (Tenerife) las prácticas y maniobras que allí realiza la Guardia Civil.

Nieto se ha comprometido a ello en la Comisión de Interior del Senado en respuesta a la parlamentaria socialista Olivia Delgado, quien ha recordado que este verano esas prácticas llegaron a afectar a una treintena de bañistas que sufrieron picores en los ojos por los gases lacrimógenos.

Tras pedir disculpas por ello, Nieto, quien se ha limitado a hablar en nombre de la Guardia Civil porque también las Fuerzas Armadas hacen maniobras en la zona, ha dicho que desde 2013 existe autorización del Ayuntamiento de Arico para ese uso del antiguo leprosario, que cuenta con dos vías de acceso.

Según él, antes de cada práctica se examina el lugar para evitar que se acerquen viandantes, se establece el perímetro de seguridad y se controlan los dos accesos.

Nieto ha explicado que en la mañana del 1 de junio se hicieron prácticas con gases, en un momento en que el viento soplaba suave hacia el este, es decir, en una dirección que no afectaba a la zona bañista.

Sin embargo, en el último ejercicio, practicado entre las 13.05 horas y las 13.25 horas, el viento cambió de dirección al soplar algo más fuerte y empujó el gas hacia la población, a un kilómetro de distancia, por lo que el oficial de la Guardia Civil ordenó parar la práctica.

Mientras, la senadora socialista ha trasladado la preocupación de los vecinos por esas prácticas y por la falta de información, así como por la presencia de helicópteros cercanos a las casas habitadas, y ha denunciado la presencia de un cañón, aunque ha precisado que es del Ejército.

Se trata de elementos que, a juicio de la parlamentaria, generan "miedo" en la población civil no experta, por lo que ha pedido que esas prácticas se realicen donde haya garantías para todos porque el actual lugar no parece adecuado.

Delgado ha señalado que la normativa requiere una distancia de al menos 300 metros hasta la zona poblada y, sin embargo, caminando hay 197.

Nieto le ha replicado que, según el director de los ejercicios, la distancia mínima hasta la población es de 800 metros, y ha resaltado que los ejercicios que realiza la Guardia Civil "no son de riesgo".

No obstante, se ha comprometido a analizar la posibilidad de que esas prácticas puedan hacerse en otros espacios y de que se puedan compatibilizar esas maniobras, necesarias para la Guardia Civil, con no molestar a los vecinos.