El Charco de Archiles fue una creación de fenómenos naturales que acumularon una gran cantidad de callaos en su desembocadura dando paso a la acumulación, en su interior, de todo tipo de materiales que la escorrentía depositó a través de los barrancos de cumbre a los que daba salida al mar. Esta definición de Arturo González, el alcalde de San Miguel de Abona, sirve de base para explicar el proyecto denominado "Estudios previos y limpieza del Charco Archiles", cuyo objetivo era "conocer la orografía de este espacio para estudiar la posibilidad de utilizarlo como piscina natural". De ahí que "hayamos concluido la retirada del lodo y de todos los restos, devolviendo el callao retirado en ese proceso", aseguró.

El regidor anunció que el siguiente paso es "acometer la rehabilitación integral de la zona, de sus senderos y, si se puede, crear un sendero, incluyendo un sendero hasta Montaña Amarilla, en el marco del plan para la recuperación para la costa de San Miguel".

Los trabajos en el Charco de Arhiles concluyeron el viernes pasado y su estado actual lo incorpora al patrimonio natural del municipio. "Con la idea que tenemos y en la que nos pondremos a trabajar de inmediato, previas autorizaciones, es darle continuidad al sendero natural que hoy cierra el Charco de Archiles, imposibilitando el paso hacia Montaña Amarilla".

Es un paso más "para acercar la costa a los vecinos ante la demora de la playa de San Blas", manifestó el alcalde, Arturo González.