El Consejo Insular de Aguas de Tenerife (CIATF) concluyó las obras de control de la escorrentía en el barranco La Ladera (Güímar), empleando casi dos millones en una actuación que afectó al cauce de este barranco, conocido también como de Los Zarzales o de Boluga, en el tramo entre la obra de drenaje transversal de la carretera TF-28 y la confluencia con el camino de Los Zarzales. El objetivo prioritario es la eliminación gradual de los puntos de riesgo por avenidas, además de la reparar el camino que discurre por el cauce.

Carlos Alonso señaló que Güímar tiene capacidad para aprovechar su suelo como uso turístico, "pero tiene que ser compatible con el uso del cauce, el respeto al barranco sin poner en riesgo la seguridad y atendiendo al marco legal". Recordó que "el Cabildo intentó, a través de una iniciativa legislativa, dar una solución y el Parlamento la rechazó. Ahora estamos a la espera de que el ámbito judicial termine de definir cuál es la solución que hay que darle a los barrancos y el Cabildo colaborará con la justicia".

El consejero insular de Aguas, Manuel Martínez, indicó que con la terminación de estas obras "cumplimos uno de los objetivos que nos habíamos marcado en esta legislatura. Y ello supone que se han cumplido dos objetivos: recuperar un barranco y mejorar la accesibilidad de la zona.