El e-Commerce, o en castellano comercio electrónico, no es más que la utilización para realizar transacciones comerciales de un medio electrónico, entre diferentes empresas o por particulares desde internet. Gracias al desarrollo de estas tecnologías, los usuarios reciben catálogos electrónicos, pueden hacer sus consultas de forma inmediata y recibir presupuestos en línea. También se agilizan los servicios postventa, el control de la entrega de los productos y los pagos que se realizan en línea, resultando muy práctico no solo para los consumidores, sino también para las empresas que llevan un control de existencias más actualizado y eficaz.

Por estos motivos, este tipo de comercio se ha convertido en rival del comercio tradicional a pie de calle, aumentando sus cifras de ventas de forma constante en los últimos años. Tal y como comenta el experto en marketing digital Alonso Rufo Alcaide, internet no sólo ha servido a las grandes compañías y marcas que se han lanzado a abrir su propia tienda online para llegar a un mayor sector de la población, también ha favorecido la aparición de nuevas startups con modelos de negocio muy novedosos, como los buscadores y comparadores de precios y productos, o los portales de descuentos y ofertas. Este es el caso de Picodi.es, antes conocido como LosCodigosDescuentos.es, que fomenta las ventas de las tiendas online, ofreciendo cupones y descuentos a los usuarios de forma gratuita tanto de pequeñas como grandes empresas, como El Corte Inglés, Carrefour o Telepizza. Se trata de descuentos reales e inmediatos, a través de un código que reduce de forma automática el importe de la compra online.

Para los clientes resulta muy cómoda y rápida la utilización del comercio electrónico, porque en sus portales estas tiendas suelen contar con motores de búsqueda que facilitan la localización de un determinado producto mediante una palabra clave o determinados filtros y un sistema de “carro de la compra virtual” que permite a los usuarios modificar cuantas veces deseen los productos y la cantidad que deseen comprar, mientras que las empresas pueden rastrear el trayecto de las compras de sus clientes, para así entender mejor sus necesidades y adaptar sus estrategias de marketing.