Hoy en día podemos controlar la temperatura de nuestra casa y también la de la oficina donde trabajamos, nuestro coche puede actualizar las rutas desde el garaje e incluso podemos poner a hervir agua en nuestra kettle desde la cama. Todo esto es posible gracias a la convergencia entre el Internet de las cosas (IoT) y el Big Data. Pero esto es solo una pequeña parte de la historia. Ahora, las empresas tienen la gran oportunidad de aprovechar la tecnología para hacer que sus operaciones sean más simples, eficientes y productivas. Esto se debe a la combinación de los sensores con el Big Data, que permiten obtener información en tiempo real sobre lo que está ocurriendo y dónde está ocurriendo, resultando mucho más interesante que simplemente predecir lo que va a pasar. Hace unos años, el Internet de las cosas era un tema futurístico. Ahora es cada vez más real. De acuerdo con la firma analista Gartner, en 2020 el IoT agrupará a unos 26.000 millones de objetos, frente a los 900 millones de 2009.

La idea de conectar el Big Data al Internet de las cosas no solo puede transformar los hábitos de vida del consumidor, sino también el mundo de los negocios. Para las empresas, añadir sensores a la tecnología implica que las predicciones dejaran de ser necesarias: los procesos se pueden monitorizar a distancia y se puede llegar a conclusiones más precisas. Mientras que las redes sociales crean corrientes de datos, el Internet de las cosas crea un flujo continuo. El beneficio principal de este flujo es que las empresas pueden detectar tendencias y patrones así como recoger las variaciones en tiempo real. Por ejemplo, si ponemos un sensor a una puerta, este nos puede decir en tiempo real con qué frecuencia se utiliza la habitación. Si ponemos un sensor en cualquier máquina de una fábrica, este podrá monitorizar la temperatura que alcanza el equipo a lo largo del día. Y, a medida que avanza el tiempo, la información de estos datos se va acumulando para dar una imagen detallada de cómo funciona el negocio. Con un análisis correcto, las empresas pueden ser más eficientes a la hora de distribuir los recursos y asegurarse de que cada inversión económica es rentable. En esta era digital cada vez más competitiva, los pequeños detalles son los que importan. En este panorama, el cambio de comportamiento acompañado de la información que proporciona el Big Data puede marcar la diferencia entre mantenerse a flote o hundirse. Según un estudio de instituciones financieras por la Saïd Business School de la Universidad de Oxford, el 71% de las empresas cree que el Big Data puede crear ventaja competitiva, un aumento considerable frente al 36% de hace dos años.

EL BIG DATA, UN GRAN CAMBIO

Sin duda, el Big Data está teniendo un gran impacto en el mundo empresarial. Los tres indicadores que determinarán el éxito del IoT son: la regulación, el interés del consumidor y su aplicación en el mundo de los negocios. Si lo aplicamos a una compañía, el IoT nos puede decir si los procesos de negocio no están funcionando, si la información no está fluyendo a la velocidad adecuada o si es vulnerable durante el proceso. Esto significa que podemos utilizar el Big Data para advertir a las compañías cuando un servicio o producto está en riesgo, lo cual es importante para detectar y prevenir futuros problemas. Los principales operadores del IoT tendrán que trabajar dentro de la empresa para entender a la perfección sus necesidades y dar con el desarrollo tecnológico más adecuado. En el momento en que decidimos qué procesos analizar, una de las reglas generales es que cuanto menor sea la incertidumbre en el resultado mayor será la probabilidad de mejorar el coste y la eficiencia. En concreto, las empresas deben identificar las mejores herramientas y plataformas de análisis para recolectar la información necesaria, analizar los resultados y actuar rápidamente.

El número de opciones disponibles parece interminable, pero los sistemas compatibles con el IoT son más limitados. Si gestionamos la información a través de herramientas analíticas del IoT, los servicios se pueden mejorar al descubrir cómo se canalizan, almacenan y analizan los datos. El MPS Process Analytics de Lexmark es un servicio que utiliza el análisis de datos y los servicios de ubicación para identificar las áreas de mejora en los procesos de gestión de documentos en una empresa. Mediante la recopilación y el análisis de los datos de uso de la impresora, el servicio es capaz de reconocer comportamientos extraños, saber lo que significan y determinar cuál es la manera más efectiva de abordar la información. Los consultores de Lexmark pueden entonces trazar un plan para abordar los asuntos relevantes en los procesos de negocio y dar soluciones para optimizar estos procesos y reducir la desviación. Analizar los datos permite que una compañía pueda mejorar sus procesos y simplificar su flujo de trabajo para ser más eficiente; este es el área en que el Big Data está evolucionando. No solo es la cantidad de datos capturados, sino la capacidad de cruzarlos con otra información y llegar a resultados interesantes. Si lo combinamos con el Internet de las cosas, el Big Data puede minimizar la ineficiencia y aumentar el rendimiento. Conectar el Internet de las cosas con el Big Data nos ayuda a entender lo que realmente funciona en nuestro lugar de trabajo.