El gigante surcoreano Samsung Electronics anunció hoy que descarta el plan de reestructuración para dividirse en una empresa tenedora (holding) y en otra operativa que se había propuesto inicialmente en noviembre.

La noticia ha sido mal recibida por los accionistas, que lo han pagado con filiales del grupo como Samsung Engineering o Samsung C&T, que se dejaron más de un 4 y un 5 por ciento, respectivamente, en el primer tramo de la negociación en la Bolsa de Seúl.

La opción de dividir en dos a la joya de la corona del mayor conjunto empresarial surcoreano era vista como una opción que allanaba el camino para que Lee Jae-yong, heredero del grupo, se hiciera con el control total del conglomerado que aún preside su padre, Lee Kun-hee, inhabilitado desde 2014 tras un infarto.

Independientemente de que las cosas hayan cambiado desde noviembre -el joven Lee fue detenido de manera preventiva en febrero y se enfrenta ahora a la cárcel por su rol en la trama de corrupción de la "Rasputina"- la empresa asegura que ha adoptado la decisión tras estudiar a fondo su impacto potencial sobre su rendimiento.

Samsung Electronics explicó en un comunicado que su transformación en una estructura de "holding" tendría un impacto muy limitado a la hora de mejorar su competitividad y que "podría pesar sobre las operaciones de la compañía a más largo plazo".

La empresa defiende que "mantiene una cartera de negocios bien equilibrada" gracias a la electrónica de consumo y a los semiconductores.

"Esta estructura ha permitido a Samsung minimizar la volatilidad de los ingresos durante los períodos de recesión económica" y mantener un crecimiento sostenible gracias a su inversión en I", asegura el texto, que considera que este esquema otorga a la empresa de Suwon (al sur de Seúl) una ventaja única frente a la competencia.