Llega a su casa y cambia su forma de entender la convivencia familiar. Marga, una mujer abierta y liberal, acudirá a Parla (Madrid), ciudad donde vive el campeón del mundo de boxeo Javier Castillejo, con el objetivo de que cambie algunos de sus hábitos de vida. En el otro extremo está Marta, la esposa de Castillejo, que viajará a Valencia para vivir una experiencia con otra familia, la de Marga, en una casa donde consideran que la libertad es vivir sin reglas y la alimentación sana y el aspecto físico no son una prioridad. Estas dos formas diferentes de entender la vida protagonizarán la nueva entrega de “Me cambio de familia” que Cuatro emitirá mañana (20:30h.).

Marta, la mujer de Javier Castillejo, campeón mundial de boxeo, concibe su hogar como un espacio íntimo donde la tranquilidad y el orden tienen mucha importancia. Cuidan mucho su alimentación para que sea sana y equilibrada y dedican tiempo al ejercicio físico. Castillejo, desde que se retiró de la competición como profesional, regenta un centro para futuras promesas del boxeo, donde además ejerce de entrenador. Marta es la recepcionista y la que lleva las cuentas del gimnasio familiar y además se encarga de la casa y de preparar la cena a sus hijos de 16 y 11 años. En esta rutina de trabajo, Castillejo admite que pasa poco tiempo con sus hijos y que ha perdido mucha parte de su infancia por culpa de su dedicación al boxeo.

Marga, cocinera en paro, mujer abierta y liberal que vive con su marido, su hijo de 19 años y su madre de 87 años, es la otra cara de la moneda. En su casa, toda su familia comparte mucho tiempo con las vecinas y amigas de la finca quienes, además, cuentan con su propio juego de llaves para entrar y salir a su antojo. No dan tanta importancia a llevar una alimentación sana y descuidan su aspecto físico.

En este intercambio quedarán patentes las diferencias entre la familia tradicional de un campeón mundial de boxeo frente a una familia común que considera que la libertad es vivir sin reglas. ¿Será capaz Marta de cambiar la tranquilidad de su casa por el bullicio que reina en la de Marga? ¿Podrá su cuerpo acostumbrarse a las grasas y a lidiar con las necesidades de todos los que viven y frecuentan su nuevo hogar? Y Marga, ¿soportará ir todos los días al gimnasio para hacer abdominales y aprender a golpear un saco de boxeo? ¿Reclamará las atenciones de un campeón de boxeo para que dedique más tiempo a su familia?