Convincentes, amables y encantadores: así son los camareros del I+B. Sixto, un pragmático urbanita con gran memoria y Manolo, un claro exponente del slow-life oriundo de un barrio de pescadores malagueño, son los protagonistas de ''I+B'', primer proyecto de ficción propia de Factoría de Ficción que la cadena estrenará este martes, a partir de la 21.15 horas.

Rodada en Sevilla e inspirada en la campaña ''Benditos bares'' de Coca-Cola, esta comedia de branded content ha sido desarrollada por Mundo Ficción para Publiespaña con el respaldo de la marca, que ha querido llevar la vida de los bares a una serie de televisión.

Alfonso Sánchez y Alberto López, que han encarnado a los compadres sevillanos Rafi y Fali en ''La noche de José Mota'', protagonizan, producen y firman el guión de esta novedosa ficción que consta de 10 capítulos de entre 3 y 5 minutos de duración.

La microserie relata en clave de humor las divertidas vicisitudes cotidianas de Sixto (Alfonso Sánchez) y Manolo (Alberto López) que además de trabajar como barmans ejercen de consejeros, mentores, filósofos y psicólogos de los clientes del ''I+B'', con quienes se vuelcan en todo momento para echarles una mano y resolver sus problemas.

Un campeonato de futbolín, un concurso de tortillas, una cita romántica, una mudanza, una carrera popular y una reivindicación laboral son algunas de las situaciones que tendrán como escenario o serán debatidas apasionadamente en las diversas entregas de ''I+B''.

Sixto y Manolo comparten su pasión por la hostelería y su dedicación a la variopinta clientela del bar. Desde que a primera hora de la mañana levantan la persiana del local, hasta que suben las sillas sobre las mesas y echan de noche el cierre al local, vuelcan sus esfuerzos en atender a los parroquianos que acuden al lugar.

Cada capítulo de ''I+B'' aborda una jornada laborable en el bar, al que atraídos por el encanto y amabilidad de sus empleados acude un amplio abanico de personajes. Dotados de habilidades y estrategias diferentes, Sixto y Manolo son expertos en solucionar los problemas de los clientes, suscitarles la sonrisa y sorprenderles con sus extraordinarios relatos.

Años de trabajo juntos les han enseñado que la persiana metálica del bar se levanta con la ayuda del otro y que hay algo especial cuando tras la barra aguardan la llegada de sus clientes con su consabida frase "ponme lo mío" .