Una editora y productora independiente especializada en cine clásico y de autor, 39 Escalones Films, ha publicado con motivo del cincuenta aniversario de la emisión del primer capítulo de "Historias para no dormir", serie mítica de TVE, una edición especial en DVD con 26 horas de suspense.

Auspiciada por su director, el realizador Narciso Ibáñez Serrador, conocido como Chicho, y con el apoyo de RTVE, la colección retoma uno de los programas de terror más populares de los años sesenta, hoy ya convertida en serie de culto.

Rodada en los estudios del Paseo de la Habana de RTVE, en el mismo plató donde se hizo Estudio 1, "Historias para no dormir" fue el antecedente de "Mañana puede ser verdad", una segunda parte de narraciones espeluznantes donde su director, Ibáñez Serrador, trasladaba al público español una fórmula ya exitosa en Argentina.

Allí, bajo el título de "Obras maestras del terror", Chicho, a la manera de Hitchcock y sus famosas presentaciones para la también serie televisiva de misterio e intriga "Alfred Hitchcock presenta" (1955-1962), emulaba al genio británico con unas introducciones breves, cargadas de humor negro, como antesala de los capítulos.

Amante confeso de la literatura de Edgar Allan Poe, el Chicho guionista, de seudónimo Luis Peñafiel, recurrió a menudo a sus relatos, y reconoció también las aportaciones de otros autores "inquietantes", como W.W. Jacobs, Henry James o Guy de Maupassant, con especial atención a Ray Bradbury.

Para el estudioso de cine de terror y fantástico, Ángel Gómez Rivero, la serie "Historias para no dormir" es "admirable, compuesta por un ramillete de obras maestras dentro del medio televisivo y de otros tantos títulos notables".

De hecho, añade en una nota facilitada a Efe por la editora, "influyó en series posteriores, y el retornar de la misma en 1982, ya en formato en color, demostraba que era un clásico anhelado y recordado por todos".

La serie se ha repartido en ocho DVD que incluyen 30 capítulos, entre ellos, el mítico "El asfalto" en la que el padre del director, el actor argentino Narciso Ibáñez Menta, moría sepultado por el peso de la escayola que lo empujaba hacia abajo en una calle recién asfaltada, como si de unas arenas movedizas se tratara, entre la indiferencia de los viandantes.