El actor Pepe Viyuela, que da vida al guardia civil Olmos en la serie de TVE "Olmos y Robles", ha asegurado que algo que tiene en común con este personaje es que "no nos rendimos ante las adversidades" y ambos están "enamorados" de sus respectivas profesiones, que viven con "pasión".

Viyuela (Logroño, 1963) rueda estos días en la villa riojana de Ezcaray la segunda temporada de "Olmos y Robles", en la que comparte protagonismo con Rubén Cortada, quien da vida a un guardia civil disciplinado y obseso del control; que contrasta con un Olmos cercano a sus vecinos, curioso y muy intuitivo.

"A mí me gustaría tener de Olmos su sentido del humor, su capacidad para no rendirse nunca ante las adversidades; es un tío muy tenaz, tiene muchas ganas y le gusta mucho lo que hace", ha asegurado.

Ambos están "enamorados" de su profesión, él de la de actor y Olmos de su vocación de guardia, y "eso hace que lo viva todo con muchas ganas y pasión y, probablemente, también le ayuda a no rendirse y eso es lo que podemos tener en común".

Ha reconocido que la primera temporada de "Olmos y Robles" funcionó muy bien, pero "eso tampoco es una garantía, en los tiempos que corren, de que los proyectos se vayan a mantener", pero el que haya una segunda es "una inyección de ánimo, una alegría muy grande y, al inicio, una sorpresa porque nunca se sabe".

"El hecho de que hayan apostado por nosotros es muy importante, es toda una oportunidad para demostrar que todavía lo podemos hacer mejor", según Viyuela, para quien esta segunda temporada, que se rodará en parte en Madrid, tendrá más humor y "se ha trabajado el guión más a fondo en el tema de los casos de cada capítulo", en el intento de "redondear, perfeccionar y mejorar".

Él echaba de menos más humor y que "los casos tuvieran, quizá, más enjundia, que pudieran ser más entretenidos, divertidos, ingeniosos y que el espectador, desde casa, pudiera participar".

"Olmos y Robles", en cuya segunda temporada tiene mucho más claro cuál es el carácter de su personaje, es muy especial para Viyuela, entre otras razones, porque se ruedan los exteriores en su tierra, en La Rioja, por lo que es "algo casi familiar".

Además de este rodaje, está inmerso en la preparación de su personaje en la obra de teatro "Mármol", de la autora irlandesa Marina Carr, que se estrenará en Logroño el próximo dos de septiembre, tras lo que iniciará una gira por España y que recalará en el Centro Dramático Nacional de Madrid el 25 de noviembre.

Esta obra, que es la primera que se representa en España de Carr, es "una comedia muy ácida y muy trágica, en la que se habla de la dicotomía entre lo que es nuestra vida cotidiana y aquello con lo que soñamos que sea, la diferencia entre lo que soñamos y lo que vivimos", ha explicado.

Se narra la historia de dos matrimonios que viven una situación especial relacionada con el mundo de los sueños y de la que Viyuela no ha aportado más datos porque "hay que ir a verla".

El actor también se ha referido a la situación actual de España, de la que le preocupa "la falta de capacidad para dialogar por parte de los partidos; van pasando los meses y parece que estamos en una situación como de enroque de muchos de ellos".

"Creo que no están a la altura de la ciudadanía, eso es triste, creo que lo saben, pero van pasando los meses, las semanas y estamos igual", ha asegurado Viyuela, quien ha exigido a los políticos, como ciudadano, "más capacidad de diálogo, que tengan altura de miras y la responsabilidad suficiente para hablar y tener los oídos abiertos".

"Me daría con un canto en los dientes si una de las primeras medidas del nuevo Gobierno es la bajada el IVA cultural, le pido poco, pero eso es lo fundamental, que, por lo menos, nos dejen trabajar", ha insistido Viyuela, dado que "está siendo terrible la cantidad de gente que se está quedando sin trabajo y las compañías que están cerrando".

Otra de sus facetas es su vinculación con la ONG Payasos sin Fronteras, con la que recientemente ha regresado de Palestina; y ha señalado que le preocupa, en el ámbito internacional, "la falta de visión de quienes tienen el poder real de cambiar las cosas".

Se ha referido a su preocupación por el cambio climático, las guerras y "el problema terrible de los refugiados, que es creciente y que si no ponemos remedio, dentro de unos años, esta situación nos va a parecer un caramelo, jauja, porque es imparable si no se hacen cosas importantes".