Es un formato con años de experiencia y emitido en más de veinte países, pero un torrente de críticas en Portugal ha frenado su trayectoria de éxito. "Supernanny", pensado para ayudar a los padres a poner normas a los niños, ha logrado despertar la rebeldía de los adultos lusos en apenas una semana.

Margarida, de siete años, fue el caso inaugural el pasado domingo y Francisco, a quien la promoción define como un "pequeño dictador" que tiene a su familia como "rehén", protagonizará el capítulo de mañana, que se emitirá bajo la atenta mirada de la Fiscalía.

"Estamos analizando todas las posibilidades legales de intervención", admiten fuentes del Ministerio Público, lo que refleja una polémica que, en la semana transcurrida desde el estreno, va camino de convertirse en un escándalo que ya espanta incluso a algunos de los padres participantes.

Al menos una familia que grabó su caso ha pedido ayuda para que éste no se emita a la Comisión Nacional de Promoción de los Derechos y Protección de Niños y Jóvenes (CNPDPCJ) de Portugal, afirma la prensa lusa, que recoge testimonios de abogados que creen posible revocar los contratos firmados con la productora.

"Supernanny" nació en 2004 en el Reino Unido y, desde entonces, se ha producido, entre otros lugares, en Alemania, Francia, Suecia y España, donde, -afirma para defenderse la cadena que emite el programa, SIC-, "los patrones de protección de los derechos de los menores no se revelan menos exigentes" de los de Portugal.

Pero lo cierto es que gran parte de la audiencia ha dejado claro que no está satisfecha con el resultado, como muestra el hecho de que, tras el volumen de quejas recibidas, la propia CNPDPCJ emitiese un comunicado apenas 24 horas después de la emisión del primer capítulo.

El formato, dijo entonces, es "manifiestamente contrario al interés superior del menor, pudiendo producir efectos nefastos en su personalidad, inmediatos y a (largo) plazo", y presenta "un elevado riesgo" de "violar los derechos de los niños" en lo referido a "su imagen, a la reserva de su vida privada y de su intimidad".

La comisión manifestó su preocupación a la cadena, a la que solicitó "una intervención con vista a la salvaguardia del interés superior del niño", y avisó además que había trasladado el caso a su departamento en la localidad en la que reside Margarida, Loures.

Pero no solo SIC está en el disparadero. La personificación de la "Supernanny" portuguesa, Teresa Paula Marques, es una psicóloga cuya actuación dentro del programa -donde se la presenta como educadora- analiza ahora el Colegio de Psicólogos de Portugal.

"Recibimos diversas quejas de personas que vieron el programa y de psicólogos. No podríamos decir cuántas, pero fue un número muy significativo", dijeron fuentes de esta asociación.

El Colegio de Psicólogos debe ahora "evaluar la actuación" de Marques para concluir si "violó alguna norma del código deontológico" durante su actuación; de considerar que hay material que así lo pruebe, la entidad abrirá un proceso que, en el peor de los casos, puede conllevar una sanción.

"No está en el programa como psicóloga, sino como educadora, pero parece evidente que su reclamo principal, la razón por la que fue contratada, es ser psicóloga", apuntaron las fuentes.

Ante el torrente de críticas, SIC dijo que, "aunque no sustituye diagnóstico alguno o asesoramiento psicológico", "Supernanny" tiene "una vertiente pedagógica, fundamental para un debate necesario" sobre "cuestiones como la educación familiar y la paternidad".

Además, asegura que el objetivo de los capítulos "es siempre auxiliar a padres y educadores para mejorar la relación con sus hijos" y lo hace "de un modo responsable, sin explorar situaciones de particular fragilidad".

El caso de Francisco y sus caprichos, el segundo de la "Supernanny" lusa, ya se promociona en la página web del programa, que ha conseguido en su versión portuguesa algo nunca visto en la historia del formato: convertirse en su primera semana en objeto de interés para la audiencia y la Fiscalía.