Se dice que a mala presentación de murga, buena actuación en el concurso. Ese podría ser el consuelo de Ni Pico-Ni Corto, que conmemora el cuarenta aniversario de su fundación. Estrena dirección. Mejor recupera, pues vuelve a ponerse al frente David Díaz, hijo del presidente, Fino Díaz, y nieto del fundador Abelardo Díaz. Sustituye a Félix Padilla, ahora en "excedencia" del género. En las voces, por segundo año, Lolo Tavío. El año pasado se quedaron fuera de la final después de ediciones que llegaron a estar entre los ocho mejores con dudosos méritos; por ello, se esperaba que se sacaran la espina y, simplemente, rompieran, sin dejar duda de que tienen un puesto entre los "ocho magníficos". Pero dejaron abierta la partida... En la gala del domingo en el cine Víctor, arropados por su "filial" Burlonas y unos magníficos monologuistas, Ni Pico se quedó corto. El mejor humor, de sus invitados. La mejor interpretación, igual.

Ni Pico se limitó a cantar un pasacalle, la mínima expresión de su magnífico "Paseando" con exceso de "parapara"; un tema, "Efecto dominó", y despedida, "Chicharrero. El "Efecto dominó" es relación causa efecto: recorte y lo que provoca. Es uno de los dos nuevos que han preparado para este año, del grupo nuevo de letristas, y deja mucho que desear. Deben apuntalarlo y venderlo para evitar que la ficha que los sacó de la final siga su efecto este año.