La realidad ha superado a la ficción. En la conocida saga Star Trek, el capitán Kirk y el resto de la tripulación utilizaba un "comunicador" para hablar entre ellos. Abrían el dispositivo e indicando un nombre, comenzaban la conversación. Era el año 1979. Martin Cooper, ingeniero en Motorola, inventó el teléfono celular y cuando le preguntaron por el origen de la idea, indicó que su concepto nació en lo que había visto en la conocida serie de ciencia ficción. Cuando comprobaron el potencial de su creación él y sus colegas bromeaban indicando que se podría asignar un número de teléfono al nacer. Hoy en día hay más teléfonos que personas en la Tierra y las características de estos dispositivos han superado con creces las posibilidades que inicialmente habían previsto. La telefonía móvil vive una historia de evolución sin fin en la que llamar por teléfono es lo menos importante.

Uno de los primeros problemas que tuvo que resolver la telefonía móvil era la batería. El primer dispositivo, Motorola Dynatac 8000 presentado en 1983, fue conocido como el ladrillo por su diseño y peso. La batería permitía mantener una conversación durante media hora aproximadamente. Tampoco era un problema porque no se podía sostener tanto tiempo un objeto tan pesado para hablar.

El siguiente paso era poder hablar sin las interferencias que producía el tipo de señal que se utilizaba en la conexión. Con este motivo nació un estándar en el año 1990, el GSM, que permitía realizar conexiones de voz y datos sin las interferencias que existían hasta la fecha. La creación de la red móvil que permitía la conexión entre ordenadores permitió crear el que podría ser considerado el primer smtartphone, el IBM Simon, en el año 1993. Las mejoras también hicieron que los móviles empezaran a incorporar funcionalidades que no tenían que ver directamente con llamar por teléfono como un elemento diferenciador. La pantalla que incorporan desde ese momento los teléfonos permite comprobar el número de la llamada, la batería o realizar algunas configuraciones. En el año 1996, el teléfono japonés Mova N103 Hyper fue el primer terminal que incorpora diferentes tonos de llamadas. En 1997 aparecía el color en la pantalla con los cuatro tonos que ofreció el Siemens S10. Las mejoras en los componentes permitieron en esta época que los terminales pesaran aproximadamente menos de 150 gramos. Una característica que se mantiene hasta la fecha. La duración de la batería también era mayor y el teléfono ya permitía mantener conversaciones de varias horas.

En estos años Nokia despuntó como la empresa de telefonía por sus continuas mejoras y aparición de nuevos terminales. El Nokia 8810 ofreció el primer terminal sin antena e incorpora el diseño como un elemento diferenciador. El modelo Nokia 3210 se ha convertido en un icono de la telefonía móvil al vender más de 160 millones de unidades en todo el mundo.

Es a finales de siglo cuando se multiplican las incorporaciones de funcionalidades a los móviles. Aparecen los primeros dispositivos con GPS, capacidad de reproducir música en formato mp3, navegar en internet con el formato WAP. La cámara es uno de los elementos imprescindibles en los teléfonos. El Sharp J-SH04 fue el primero en incorporarla en el año 2000 con una resolución de 0,1 megapíxeles. La conexión vía bluetooth se incorporó por primera vez en el Ericsson T39 en el año 2001.

En el año 2003 nació la línea de teléfonos de BlackBerry. Un teléfono que incorpora teclado y las principales operaciones de ofimática: leer correo, escribir textos, agenda de contactos, calendario de actividades, etc. El terminal requería tener contratada una tarifa de datos que permitía realizar estas operaciones y en la gran mayoría de modelos que se ha comercializado ha mantenido hasta la fecha esta identidad.

Motorola presentó Razr V3 en el año 2004. Es el primer teléfono que consigue despertar la atención por su diseño "fashion". Consiguió vender 50 millones de unidades hasta mediados de 2006. Otros terminales que se crearon hasta el año 2007 destacaron por servir de agenda, como el Palm Treo 650, que apareció en 2004, o incorporar algunos programas y juegos.

En el año 2007 el difunto Steve Jobs presenta el iPhone de Apple. Una gran pantalla táctil que ocupa casi todo el terminal, navegar en internet, un sistema de iconos sencillo de utilizar, instalar programas, Apps, desde una tienda centralizada, son parte de las características que se han visto obligados a imitar el resto de fabricantes. Un año más tarde aparece T- Mobile G1 respaldado por Google y que presentó en el mercado el sistema Android, la única alternativa real al sistema de Apple. Todas las incorporaciones que han aparecido desde ese momento tienen que ver más con las facilidades de uso que con la potencia de cálculo. De la misma forma que en los 90 se buscaba reducir el tamaño e incorporar nuevas formas de conexión, en la actualidad los fabricantes optan por incrementar el tamaño de la pantalla y algunas mejoras de conectividad como NFC que permite intercambiar datos acercando los dispositivos.

La telefonía móvil es un sector tan dinámico que los cambios se miden en semestres. Las principales novedades son la comercialización de pantallas flexibles, como la que ha presentado Samsung, y el Project Glass de Google, que traslada el móvil a la montura de unas gafas dejando ambas manos libres.

Móviles que leen nuestros gestos

Samsung es la única empresa que disputa hasta el momento el reinado que ejerce Apple en el mercado de smartphone y tabletas. La semana pasada la multinacional surcoreana presentó en Nueva York, donde aún domina el mercado Apple, su último modelo, el Galaxy S IV.

Las características visibles incluyen una gran pantalla de cinco pulgadas, más fino y ligero que su versión anterior. Incorpora un lector óptico que permite reconocer tarjetas de negocio. Las cámaras trasera y delantera que incorpora ofrecen una calidad cercana a las de gama semiprofesional. Incrementa su capacidad de cálculo con un procesador de ocho núcleos, más potente que un ordenador de hace unos años.

Las principales novedades son las que no se ven, las que se sienten al utilizarlo. Se pueden controlar ciertas funciones con la mirada como desplazar el contenido de la pantalla con la mirada o dejar de reproducir un vídeo si deja de mirarse. También con gestos al acercarse a la pantalla, sin necesidad de tocarla. El traductor instantáneo de texto y voz, la posibilidad de compartir documentos multimedia utilizando una conexión WiFi o una aplicación que permite monitorizar la salud de su propietario son algunas de las características que probablemente también empezarán a incorporarse en los próximos smartphone disponibles en los escaparates.