El sábado pasado dejé pendiente una cita con la moda del siglo XX. La verdad es que a veces me olvido de que el siglo XX ya es el siglo pasado. Estamos en el XXI y la moda ya nos pide cambios. Y radicales.

Aunque toda la moda del comienzo del siglo XX esté relacionada con París, fue un inglés el que empezó a hacer las cosas como las conocemos hoy. Considerado el padre de la alta costura, Charles Worth fue pionero en firmar sus diseños, como hacían los artistas de otros campos con sus obras, poniendo una etiqueta con su nombre en el interior de sus vestidos. Fue el creador de la "Chambre de la Couture Parisienne" y el primero en crear y presentar toda una colección de moda con modelos vivos a sus clientes, dando inicio a los desfiles de moda y plantando la semilla para el Prêt-à-porter.

El siglo XX ha vivido las dos grandes guerras mundiales y la moda ha reflejado y sufrido los momentos de decadencia social y económica de las guerras así como los momentos de apogeo entre y pos guerras. Fue un siglo de liberación para la mujer que se vio libre del corsé que la había atado durante tantos años, gracias a diseñadores como Paul Poiret, Gabrielle Chanel y Mariano Fortuny.

Liberadas del corsé, las mujeres siguieron buscando su lugar en la sociedad. Entran en escena las sufragistas con sus trajes sastre abiertamente inspirados en la racionalidad y funcionalidad del atuendo masculino. Los años veinte llegan con las mujeres de pelo cortos "à la garçon" y vestidos holgados que no marcan su silueta y crean un look andrógino.

Con la Gran Depresión, la ropa comienza a ser mucho más práctica. La crisis y el aparecimiento de los materiales artificiales, dan comienzo al proceso de abaratamiento de la ropa. El cine y las revistas son las vías de escape de la población empobrecida y las grandes estrellas, como Greta Garbo y Marlene Dietrich, son los modelos a seguir.

Con la II Guerra Mundial, los colores se volvieron oscuros y la austeridad se convirtió en protagonista. En Inglaterra el racionamiento obligó a decretar normas exactas, como cantidad de tela por prenda, número máximo de pliegues, botones y complementos, en un intento de ahorrar tela. La revolución no empezaría hasta 1947 cuando Christian Dior presentó su "New Look". El lujo que ostentaba la moda de Dior representaba el cambio que todos deseaban. En los años 50 la vida vuelve a la normalidad y la moda vuelve a encontrar su glamour. Los grandes almacenes, las fiestas, los encuentros sociales, todo llevaba a un único deseo: consumir. En la contracorriente del consumismo aparecen los adolescentes rebeldes, con sus chupas de cuero y sus pelos engominados y los intelectuales de la contracultura: los Beatniks. Empezamos a ver el fenómeno de las tribus urbanas. Los años 60, fueron sin duda los de mayor cambio del siglo XX, influyendo en el paisaje político, cultural, y también en la forma de vestir. Fueron años de libertad y de búsqueda de identidad. Con el movimiento hippie, llega un regreso hacia la naturaleza y la utilización de materiales nobles y sencillos como el algodón y la lana. El mundo está en ebullición, todo pasa muy rápido y la llegada del hombre a la luna nos trae la moda futurista de Paco Rabanne y Courrèges. Es el momento en que la juventud toma definitivamente su lugar en la sociedad. La moda unisex y los pantalones ajustados nos llevan a los años 70. La Lycra trae de vuelta los tejidos sintéticos y permite que sea posible bailar en las discotecas con pantalones súper ajustados y de cintura alta. Aparecen la plataformas y los pelos moldeados con rollos y laca ya nos preparaban para los años 80, con toda su exageración y ostentación. Imposible hablar de los 80 sin pensar en la hombreras, en los calentadores y en la música. Después de la overdose de peinados, accesorios y volúmenes de los 80, el siglo se cierra con la vuelta al minimalismo. Los 90 están representados en la moda por las primeras top models y por esas publicidades de Calvin Klein, con una Kate Moss jovencísima, con cara y tejanos lavados, camisetas lisas y ausencia total de accesorios. Las escuelas de moda ya no están solo en París y de ellas salen nuevos nombres y nuevas marcas. Nueva York, Londres, Milán, Tokio. El mundo se globaliza y la moda también.

El siglo XX se cierra mostrándonos en solo 100 años que todo es posible. Y llegamos al año 2000 con la ilusión de que todos deberíamos convivir en paz y harmonía. Como en un anuncio de Benetton.