Como si de un libidinoso ritual de seducción se tratara, el objetivo de la cámara del fotógrafo tinerfeño Esteban González, cuando respira como Encarneviva, ejerce un poderoso influjo sobre todo aquel que posa para él. Así, entregados al placer del exhibicionismo, los modelos acaban por abrirse en canal, dejando escapar al tipo que se esconde bajo el disfraz de lo cotidiano.

Este generoso acto de entrega ha dado fruto a una exposición en la galería de arte Stunt de La Laguna, compuesta por un total de 26 retratos de mediano y gran formato, bajo el nombre de "Loving the alien".

Precisamente, el hecho de recurrir al título de una canción de David Bowie como lema de la muestra, es, además, un gesto del autor hacia "aquellos individuos que están alrededor de nosotros, pero que son diferentes a la gran mayoría", puntualiza.

En definitiva, "son hombres y mujeres que se salen del estándar. Por ahí viene lo del alien, es decir, no en la traducción literal del inglés del extraterrestre, sino en la del raro o el extraño, que es lo que a mí me gusta", explica, al tiempo que incide en que "por su aspecto físico, algunos de ellos se reconocen a simple vista cuando paseas por la calle. Sin embargo, otros muchos están a tu lado y no los ves porque, con una corbata y una manga larga, pasan completamente desapercibidos".

Dentro de esta acepción tienen cabida desde gente anónima hasta integrantes del mundo de la cultura, como algún pintor, e, incluso, un actor porno.

Al respecto, argumenta que "la única premisa que tenían que cumplir es que tuvieran ese algo particular que me animara a fotografiarles".

Encarneviva, que comenta que el periodo de preparación del montaje duró unos cuatro o cinco meses, señala que todos los retratos se realizaron en Tenerife, aunque en ellos aparecen también personas que residen fuera del Archipiélago, y que se prestaron a participar en este proyecto, de una manera totalmente desinteresada, aprovechando una eventual visita a las Islas.

A su vez, agrega que "en cierto modo, no ha sido una labor difícil convencerles para que posaran para mí, porque este perfil de personas que van tatuadas o que llevan piercings suelen tener un punto exhibicionista y les gusta que les vean".

El artista, cuya obra transita siempre por el terreno de la transgresión, pero no como un elemento de marketing, sino como una actitud vital, sostiene que "Loving the alien", mantiene intacta esa "marca de la casa", aunque en esta ocasión, ha querido ir más allá del puro retrato y reflejar una especie de catálogo gráfico de metáforas de estados y sentimientos como la locura, el desdén o el desprecio.

No obstante, aclara que estas sensaciones que pueden llegar a desprender cada pieza no tienen por qué ser un fiel reflejo de la personalidad del modelo, sino que el resultado final está mediatizado por una teatralización.

"A lo mejor lo que ves en la foto es mentira, pero ahí está el juego", sentencia.

Para llegar a esto, subraya que antes de someter al modelo a los fogonazos del flash, intenta buscar su complicidad. Una vez conseguido esto, "empiezas a fotografiarle hasta que se abre y te muestra todo lo que lleva dentro", enfatiza.

Para Encarneviva, el 2013 está siendo un año muy fructífero, repleto de exposiciones, tanto individuales como colectivas. Aún así, su condición de creador compulsivo no le permite echar el freno ni un segundo, y ya está inmerso en nuevos proyectos. "No se hacer otra cosas que sacar fotos. Siempre estoy pegado a la cámara, así que, sin duda, en breve, saldrá a la luz un nuevo proyecto", apostilla.