No siempre es fácil enseñar nuestro cuerpo, sobre todo si no estamos satisfechas con él. Y la verdad es que muy pocas lo estamos. A la hora de enfundarnos en un bikini lo mejor es mirarnos al espejo y tener claro lo que queremos destacar y lo que nos gustaría disimular para encontrar un bikini que nos quede bien. Para ello sólo hay que saber algunos trucos básicos para equilibrar visualmente nuestra silueta y tener una cosa muy clara: nadie es perfecto.

Mucho pecho

Desvía la atención a otras partes de tu cuerpo con detalles. Un fruncido interesante en la cintura o un detalle de color puede cumplir muy bien con el cometido. Es importante también buscar una buena sujeción. Hay muchos modelos de bikini con sujeción interior que son perfectos a la hora de mantener todo en su sitio. Los más favorecedores son los escote en "V". Darás la impresión de menos volumen utilizando tops que dejen algo de espacio entre los pechos, evitando el efecto push up. Opta por colores lisos en la parte de arriba y deja que la atención se concentre en una parte de abajo más llamativa.

Poco pecho

Para compensar el efecto visual que puede tener el poco volumen en la parte superior del cuerpo, debes optar por tops con muchos frunces, volantes y todo lo que pueda darte un volumen adicional. Los tops estilo bandeau son perfectos para quien tiene poco busto y ese verano vienen con muchos volantes. Aprovecha para lucirlos y escoge colores fuertes y estampados para llenar visualmente esa área. Algunos modelos tienen el efecto push up, que pueden ayudarte a aportar un volumen extra.

Kilitos de más

El bañador es lo que mejor nos queda cuando tenemos algo de sobrepeso. En color oscuro, sobre todo en negro, no solo es elegante como estiliza la figura. Si optas por un bikini, los modelos retro de talle alto, tan de moda ese verano, te aportarán elegancia. Evita los estampados grandes y demasiados volúmenes como volantes. Algunos recortes y frunces estratégicos, que no aporten volumen, pueden ser de gran ayuda a la hora de dar forma al cuerpo.

Kilitos de menos

Si te ves demasiado delgada y te gustaría aportar más volumen a tu figura, puedes optar por las rayas horizontales, los cortes asimétricos y los modelos con volumen: volantes, frunces, lazos y abalorios. Los "trikinis" y los modelos con volantes, muy de moda ese verano, también te pueden ayudar a aportar volumen, sobre todo los que llevan lazos laterales

Mucha cadera

Siempre hay que pensar en la proporcionalidad de los volúmenes: si tienes más volumen en las caderas, compensa la parte superior. Busca tops que llamen la atención, que tengan un escote o algún detalle diferenciado. Para la parte de abajo, lo más simple es la mejor solución. Lo mejor es evitar los lazos y optar por una lateral un poco más ancha. Una buena opción es jugar con tonos lisos abajo y estampados arriba.

Poca cadera

Una vez más jugamos con los volúmenes y lo que necesitas es buscar la proporcionalidad. Si tienes poca cadera, puedes jugar con volantes, frunces y pliegues que aporten volumen. Los bikinis con lazos laterales y los que llevan cinturón incorporado son muy favorecedores. Los estampados, los colores llamativos y el blanco también aportan volumen visualmente. Desvía la atención con algún detalle original en la parte de arriba.

No hay que olvidar

Las rayas horizontales aportan volumen, alargando visualmente la silueta, en cuanto las verticales provocan el efecto contrario: "estiran" visualmente el conjunto.

Los colores oscuros también quedan bien en la playa, sobre todo si tienes la piel clara. Utilízalos para neutralizar las zonas "de conflicto", aportando color a las zonas que quieres resaltar.

El bañador es siempre muy elegante pero, tengamos el cuerpo que tengamos, la barriga blanca nos queda fatal. Poner el bañador en alguna ocasión especial es perfecto pero un buen bikini para que tengamos el cuerpo bronceado siempre nos hará falta.

Bikini: la bomba

No fue hasta finales del siglo XIX que empezamos a descubrir el placer de ir a la playa. La piel morena todavía era sinónimo de trabajo y las mujeres de buena familia y buen ver no se dejaban dorar por el sol. Los primeros trajes de baño eran prácticamente iguales para hombres y para mujeres: un camisón y unos shorts que tapaban los muslos.

Poco a poco el camisón se fue transformando en camiseta ajustada y el short enseñando un poco más los muslos. En los años 30 aparece el primer bañador femenino. Todavía muy recatado y con una especie de "falsa falda" por delante, eran nada menos que de lana. Ya os podéis imaginar la sensación desagradable de bañarse en un traje de lana.

Entre los 30 y 40 empiezan a aparecer los trajes de baño de dos piezas, que llegaban hasta la cintura y tapaban el ombligo.

No es hasta 1946 cuando el francés Louis Reard crea el bikini. Compuesto por un sujetador y una braga, fue tachado de inmoral y el diseñador tuvo dificultades para encontrar a una modelo que quisiera posar para las fotos promocionales.

·Sabiendo el escándalo que provocaría, el diseñador denominó a su nueva creación "bikini", nombre del atolón donde los norteamericanos realizaban ensayos con la bomba atómica.

Louis tenía razón. El bikini cayó como una bomba en la conservadora sociedad de finales de los 40 y principios de los 50. Fueron censurados y considerados de muy mal gusto hasta que la actriz Ursula Andress aparece con un fantástico bikini blanco en la que sería la primera película de la saga de James Bond. Ya nadie lo pararía.