El desarrollo como ciudad de LasPalmas de Gran Canaria lo determinó su relación con el mar al encontrar los antecesores una bahía perfectamente abrigada con playas de arena donde desembarcar cómodamente y junto a un barranco que los aborígenes llamaban Guiniguada ("Donde siempre corre el agua").

Este vínculo que se entremezcla en la identidad de la urbe, que se fusiona desde siempre con el latido cotidiano de una ciudad cosmpopolita donde las haya, constituye, pues, otro de los acicates para vivir, en toda su dimensión, la escapada agradable y tonificante a la capital grancanaria.

Así, digamos que el "leit motiv" de nuestro viaje es precisamente el de "aspirar" esa atmósfera marina de algunos de sus rincones más significados, esos tan marcados por el carácter de la gente de la mar y el salitre del Atlántico.

San Cristóbal, el barrio pesquero de Las Palmas de Gran Canaria, es mucho más que un lugar excepcional para empezar nuestra andadura e intuir el sabor marino en sus calles y espacios de cocina marinera. Crean que es un "hábitat" propicio para "desintoxicarnos" de los embates de la rutina y preocupaciones diarias.

Basta un paseo entre callejuelas. Mirar con sosiego el mar; puede que aparezca la estampa siempre bella y estética de las embarcaciones de vela latina, que en esas aguas tienen uno de sus principales dominios.

Por supuesto, acomodarnos en uno de esos establecimientos de raigambre que presentan sus pescados frescos, los arroces y los recetarios clásicos y ricos con los frutos del mar como estandarte. El paseante puede elegir entre las especialidades coquinarias, a cual más sugerente.

Anoten estos restaurantes de referencia a donde acudir: El Chacalote, La Cofradía de Pescadores de San Cristóbal, Los Botes, La Marea, El Áncora, La Pescadora y el Atlante. ¡Para chuparse los dedos!

Los habitantes de San Cristóbal han sabido conservar con mimo este singular rincón de la capital y, apoyándose en sus tradiciones, se ha convertido en uno de los espacios emblemáticos de la actividad náutica y de las actividades relacionadas con la vela y otras especialidades.

Este barrio va mucho más allá de esa línea de casas de colores que se recorta sobre la orilla de la playa presidido, por un testigo mudo de la historia que siempre le ha acompañado, la torre de San Pedro Mártir. Demuestra que los límites de LPGC no terminan en la playa sino que continúan hacia el horizonte, en un escenario perfecto para los que quieren practicar el deporte o la pesca, para los amantes del turismo o para los que se dedican a la investigación.

La estampa más habitual y espectacular de nuestra costa es la presencia de los botes de vela latina (información en www.federacionvelalatinadebotes.org/), un deporte propio de la ciudad y único en el mundo, donde las estilizadas barquillas con enormes velas son usadas para competir sólo con el peso y destreza de sus tripulantes a velocidades que causan asombro entre los espectadores.

Pocas ciudades pueden mostrar esta estampa de un deporte autóctono que proporciona bellos detalles plasticos en sus evoluciones.

Demos ahora un cambio de timón enesta nuestra incursión. En la actualidad, la ciudad disponede una completa red de museos, salas de exhibición, salaspara el teatro, la música o espacios para el espectáculo al aire libre, además de una programación de festivales que abarcan las distintas artes y que tienen lugara lo largo de todo el año.

Precisamente, el que se anime a la escapada en estas fechas, tendrá la oportunidad de asistir a montajes astísticos de primer nivel, dentro de la experiencia "Temudas Fest 2013", que quedó inaugurado recientemente por el grupo La Fura dels Baus, con su estreno absoluto de "Afrodita y el juicio de París".

El segundo espectáculo, previsto para mañana, viernes, y el sábado, día 13, estará a cargo de una compañía ya conocida en el festival, el grupo alemán Pan.Optikum, que visitó Las Palmas de Gran Canaria en 2004 con su espectáculo "Il Corso", exitosa escenificación del "Libro de las Preguntas".

Anímense porque, en el parque de Santa Catalina, la compañía germana ofrecerá "Transition", basada en la obra "Ni el sol ni la muerte pueden mirarse de frente", del libanés Wajdi Mouawad, con la que el público podrá disfrutar nuevamente de uno de sus alegóricos y espectaculares montajes.

En definitiva, esencia marina y arte y cultura, por la que siempre ha apostado la capital de la isla vecina, pueden darnos ese empujito para coger la mochila y propiciarnos un "respirito" bueno.