José Cabrera ha desarrollado su trayectoria profesional en la vanguardia tecnológica. Vicepresidente de Operaciones de Sun Microsystems para Europa, Oriente Medio y África; cabeza visible de Sun Microsystems Ibérica durante 20 años y en la actualidad es, entre otras responsabilidades, miembro del Consejo Asesor de Oracle. Canario de nacimiento, ha perdido parte de su acento aunque sin dejar de lado los canarismos mientras habla. Fue ponente en la octava edición de TLP-Tenerife, en la que describió nuestro presente como el nacimiento de una nueva era de la colaboración.

¿Su carrera en Canarias hubiera sido diferente?

Hay un aspecto que no sería diferente si hubiera desarrollado mi trayectoria profesional en el Archipiélago: la innovación como motor de crecimiento. Las personas que somos innovadoras estamos buscando y explorando el futuro y no solo vemos el día a día. De alguna forma nos damos cuenta de que el futuro es discontinuo. Lo que viene es muy importante para nosotros y la única respuesta posible es la innovación. Las empresas, además de abordar la crisis reduciendo costes y ajustando la estructura operativa al mercado, es importante que dediquen tiempo a entender lo que está ocurriendo. También en Canarias. No va a ser posible crecer de nuevo ni crear riqueza ni crear empleo si no se es capaz de conectar la empresa, la sociedad y a Canarias en su conjunto con lo que sucede. Lo que está ocurriendo es un cambio de era de la dimensión que fue la era industrial o en la Edad Media la imprenta de Gutenberg.

Un cambio de era...

Estamos cambiando los modelos de creación de valor. No estamos en una era industrial donde lo importante es producir de forma masiva, planificada y precisa. Estamos en una era de la colaboración, donde lo importante es conectar con lo demás y participar en este nuevo ecosistema global donde no hay fronteras o son líquidas y donde hay unas enormes oportunidades y donde no hay absolutamente nada que diga que no pueden aprovecharse en Canarias. Las limitaciones históricas del Archipiélago son la insularidad y la fragmentación. Las tecnologías sociales precisamente permiten solucionar estos problemas históricos.

¿Nuestras barreras de acceso tienen relación con vivir en islas?

Soy canario y el acento lo he perdido con el paso del tiempo pero creo que nos hace más daño la fragmentación que la insularidad. Es decir, que lo que ocurra aquí no ocurra allí y que si se hace aquí no lo hace otro y, por lo tanto, no tengamos una voluntad política común de tener realmente una Canarias única y de todos. Esta fragmentación en la gestión es lo que nos impide ser lo suficientemente grandes y tener masa crítica para abordar las oportunidades de nuestro tiempo. En la medida en la que podemos construir una sociedad y unos gobiernos más transparentes podremos reconstruir la confianza.

En el mundo hay regiones que construyen productos con un coste menor...

Es una percepción muchas veces errónea. La realidad es que cuando miras a tu alrededor es que construimos empresas muy similares en sus personas, estructuras, productos... Tienen muy poca diferenciación. Precisamente a la hora de competir hoy en día y poder lograr una ventaja en precios o servicios necesariamente tienes que innovar y ser más creativo que los demás. Es parte de la oportunidad. El capital humano de Canarias es alto, contamos con dos universidades, acceso a la tecnología, una zona ZEC, comunicaciones y logística por tener una posición estratégica envidiable. Es más un miedo de estar situado en nuestra zona de confort queriendo que lo que venga sea igual a lo que se fue. La oportunidad está precisamente en reinventarnos. Si lo que viene es discontinuo es más importante lo que sabemos que lo que no sabemos. Para entender el mundo que viene necesitamos desarrollar nuevas perspectivas. Tener nuevas experiencias. De esta forma podremos crear una nueva realidad para Canarias.

La crisis ayuda al cambio

"Para que las personas cambien se tienen que dar tres condiciones. Primero, la necesidad del cambio. Lo ha conseguido la innovación y la globalización. En segundo lugar hay que estar convencido de que se tiene los recursos. La crisis nos da la tercera condición, la motivación que necesitamos para mejorar nuestra empleabilidad y los servicios de nuestras empresas. Nos ayuda a utilizar la web social para dimensionar nuevos mercados que no estábamos aprovechando. La crisis nos empuja fuera de la zona de confort. Creo que ya todos somos conscientes de que el mundo que viene es más complejo, necesariamente más incierto y necesariamente también más volátil que el anterior y no podemos seguir direccionando los problemas de este mundo con las herramientas del pasado. Por eso nos desconcierta. Por eso vemos que nuestros líderes no tienen las respuestas y no son capaces de adaptarse a la velocidad de lo que viene. En resumen, la mala noticia es que tenemos que cambiar y la buena es que tenemos las herramientas, la tecnología y solo nos falta la voluntad política para hacerlo".