Para prevenir los efectos adversos del sol, la industria cosmética cuenta desde hace décadas con protectores solares o fotoprotectores con todo tipo de fórmulas, componentes y particularidades para cada tipo de piel.

Sin embargo, nada de esto vale cuando se prescinde de él o su uso no es el adecuado.

Y es que según la "Guía de Protección Solar", elaborada por el Ministerio de Sanidad y Consumo, el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos y la AECC (Asociación Española contra el Cáncer), los fotoprotectores deben incluir unas indicaciones obligatorias y también en su etiquetado deben contener menciones específicas que reflejan su eficacia: los índices de protección solar.

Estas indicaciones, junto con frases sobre el modo de empleo y las advertencias en su uso, suponen una importante información al consumidor que debe tenerse en cuenta tanto al elegir el producto más adecuado como al utilizarlo correctamente.

Pero ¿los encuestados leen y entienden la información que se indica en las etiquetas de este tipo de productos?

Una investigación realizada por Eroski concluye que un 12% de los encuestados aseguraron no comprar habitualmente cremas solares. Además, destaca que sean hombres en mayor medida (un 19% frente al 6% de mujeres), con una edad superior a los 65 años (un 29% de este colectivo) y pertenecientes al cuarto fototipo (un 25% de ellos).

Otro 60% de los encuestados lee la información que se indica en el etiquetado de los productos solares que adquieren, pero un 28% no lo hace nunca.

Por sexos, son más los hombres que confiesan no leer nunca los datos de la etiqueta (un 32% frente al 24% de ellas) y jóvenes de entre 16 y 24 años (un 54% de ellos).

No obstante, el peor dato de todos es el de que el 43% de los españoles no se aplican fotoprotectores regularmente. Se trata de un hecho preocupante ya que, si bien es cierto que el sol tiene efectos beneficiosos sobre nuestro estado de ánimo, nuestra salud..., también puede tener efectos nocivos graves, y es imprescindible aplicar una serie de medidas que nos protejan frente a ellos.

Y es que el sol puede producir daños irreversibles en nuestra piel si al exponernos a él no tomamos las medidas protectoras adecuadas.

Las lesiones más recurrentes y visibles son las quemaduras y el fotoenvejecimiento, provocadas por la radiación ultravioleta (UVB) y la radiación UVA, pero nuestra piel también puede sufrir lesiones a largo plazo potenciadas por una radiación que no se siente, la infrarroja A (IR-A), que supone alrededor del 20% de las radiaciones solares. Se trata de un calor seco que, como no aumenta la temperatura superficial de la piel, no sentimos. Sin embargo, sumada a la radiación ultravioleta resulta muy perjudicial, porque al penetrar en las capas más profundas de la piel, ataca a nuestras células agravando los efectos de la radiación UV, produciendo el envejecimiento prematuro así como el daño en el ADN celular precursor de las lesiones precancerosas de la piel como el melanoma.

Por eso, resulta absolutamente necesario fotoprotegerse de una manera correcta y completa, ya que, la piel tiene memoria y los efectos nocivos del sol se acumulan con el tiempo. Cuidarla bien hoy significa salud para mañana.

Estos datos se han extraído del estudio "Conocimiento de la radiación IR-A y los hábitos de fotoprotección de los españoles", realizado por lo laboratorios farmacéuticos Cinfa.

En España se producen 50.000 nuevos casos de cáncer de piel cada año. En la mayoría de los casos, el cáncer de piel, está causado por una exposición solar excesiva.

Las personas de tez blanca y con pecas o que se queman fácilmente al sol tienen un mayor riesgo de padecer cáncer de piel. Pero esta enfermedad puede afectar a personas de cualquier color de piel, por lo que deben tomarse precauciones para proteger la piel de los rayos solares.

La mayoría de los cánceres de piel pueden curarse, pero hay una forma -el melanoma maligno- que es mucho más grave. El número de personas con melanoma ha aumentado en más del 100% desde 1973.

Afortunadamente, el cáncer de piel es uno de los tumores más fáciles de prevenir y detectar.

Diez trucos

1 Preparar nuestras defensas con una dieta rica en antioxidantes que se encuentran en la fruta y la verdura.

2 Utilizar fotoprotectores avalados científicamente que protejan frente a la radiación UVA, UVB e IR-A.

3 Utilizar correctamente los fotoprotectores. Para ello hay que extenderlo 30 minutos antes de tomar el sol y repetir la aplicación cada dos horas y tras el baño o el secado con la toalla.

4 Consultar los índices ultravioleta e infrarrojos. Antes de la exposición al sol, se recomienda informarse de estos niveles a través de canales como la Agencia Española de Meteorología (Aemet).

5 Evitar la exposición solar en las horas centrales del día, ya que los rayos solares son más fuertes entre las 12 de la mañana y las 4 de la tarde y, por tanto, más perjudiciales.

6 Proteger el cuerpo y la cabeza con ropa holgada y un sombrero, sin olvidar los pies y las orejas.

7 Utilizar gafas de sol para evitar los daños oculares con protección del 100% frente a los rayos UVA.

8 La sombra, una buena aliada, así que hay que tener a mano una sombrilla, un toldo o un árbol es una buena medida protectora.

9 Extremar las precauciones en cualquier actividad al aire libre. Las radiaciones solares se reflejan en caso de nieve (80%), arena (25%) y el agua o la hierba (10%).

10 Protegerse todo el año. Aunque en verano hay más horas de luz y aumentan los niveles de radiación solar, los efectos del sol están presentes los 365 días del año, incluso en invierno.