Perfectas para la playa y para los días de calor, son el calzado veraniego por antonomasia. Dejan los pies totalmente descubiertos y les permiten disfrutar del aire que tanto necesitan durante el período estival. No hay nada más desagradable en verano que tener los pies sudados dentro de un zapato.

Es bien verdad que las cholas no son aptas para todas las ocasiones, pero en verano, cuando estamos más relajados, de vacaciones o en la playa, son el calzado perfecto.

Las sandalias fueron el primer calzado producido manualmente por el hombre y todas las civilizaciones han tenido su propia versión. Egipcios, asirios, persas y fenicios usaban sandalias con suelas de hoja vegetal sostenidas por tiras y también las usaron los pueblos precolombinos en América. Era común caminar descalzo y llevar las sandalias colgadas utilizándolas sólo cuando fuera necesario proteger los pies del terreno.

Las primeras formas de calzado eran cubiertas de piel o primitivas sandalias de radia, hojas de palma o, posteriormente, de madera. De acuerdo a la temperatura y a los riesgos de su entorno, el hombre prehistórico ideó un método para preservar sus pies del frío, calor, piedras, espinos y mordeduras de animales.

Así nace la primera versión de la sandalia de paja trenzada en civilizaciones de clima cálido y las abrigadas botas de piel animal en continentes de bajas temperaturas.

En un segundo momento, calzarse no solamente protegía los pies, sino que marcaba un estatus social. En Egipto, por ejemplo, los faraones usaban suntuosas sandalias de oro adornadas con piedras preciosas que en la suela llevaban la representación artística de los enemigos vencidos, cuyo contenido simbólico, apoyado en la magia, era aplastarlos una vez más, a cada paso.

Con la aparición de los calzados más sofisticados, sobre todo durante los siglos XII y XIII, las sandalias más simples, fueran relacionadas con los campesinos y las clases sociales más bajas, que no podían permitirse comprar zapatos. No fue hasta la tercera década del siglo XX cuando las mujeres empezaran a utilizar sandalias abiertas y a mostrar los dedos de los pies.

Las cholas siguieron siendo consideradas de "baja categoría" hasta finales del siglo XX, cuando fueron adoptadas por los surferos y por los jóvenes de clase media y alta. A partir de ahí, las cholas han subido escalones y hoy se cuelan en los armarios más glamurosos y fashion del planeta. Las encontramos de todos los tipos, para todos los gustos y también para todos los bolsillos.

Actualmente es imposible pensar en cholas sin pensar en las Havaianas. La marca brasileña ha conquistado el mundo y vende sus cholas de colores en todos los rincones del planeta. Adoptadas como el calzado oficial de las playas de Río de Janeiro, son la prueba de que, bien combinadas, pueden complementar un "look" de verano a prueba de reproches clasistas. De hecho, han aparecido ya en varios streetstyle del maestro Scott "Sartorialist" Schuman y eso es garantía de que se puede ir de cholas y con estilo. ¿O no?