La costa de Anaga es una gran desconocida no solo para turistas y visitantes, sino incluso para los habitantes de la isla de Tenerife y del municipio de Santa Cruz, donde se ubica. Entre sus tesoros escondidos se encuentra la playa de Benijo, a los pies del caserío de igual nombre, encajonada entre acantilados y los míticos roques. De arena volcánica negra y grava, su idílico entorno es territorio habitual de surferos y nudistas, al ser uno de los pocos espacios isleños destinados, aunque no en exclusiva, a los amantes de disfrutar del baño sin ropa.

Situada a 28 kilómetros del centro de la capital, en el ámbito geográfico del Parque Rural de Anaga -lo cual delimita una elevada protección medioambiental-, varios senderos turísticos unen la playa con el caserío de Benijo, Almáciga o Chamorga para poder disfrutar de un paisaje único.

En la costa de Benijo tiene un espacio importante lo alternativo en cualquier orden de la vida, desde los hábitos sexuales a las reglas sociales. Allí todo se relaja y pierde trascendencia ante un atardecer extraordinario o en la mañana de resaca tras una fiesta.

Pero el mejor resumen lo aportan las redes sociales que "hablan" por sí solas. En primer lugar, la voz de nativos como Juan José Martínez, Director gerente de Puertos de Canarias, quien en su twitter escribía, precisamente ayer, lo siguiente, acompañado de una fotografía en el escenario valorado: "En Benijo, para mí la mejor playa de Tenerife".

Baste añadir un par de los muchos testimonios anónimos de aquellos visitantes que se asomaron por primera vez al balcón de esta zona de Anaga para resumir las sensaciones que despierta y concluir este reportaje.

Por ejemplo esta visión: "Si tuviese que decidirme por la playa más bella, sin duda, diría Benijo con los ojos cerrados. Tuve la suerte de poder conocerla gracias a internet. Después de recorrer el Parque de Anaga y sus mil curvas llegamos a nuestro destino. De camino tuvimos que parar un sinfín de veces para recrearnos con los paisajes".

O esta otra de un recién llegado: "Playa de Benijo, espectacular. Solo tuve la suerte de pasar tres horas en ella y ya tengo ganas de volver. Las escaleras desde el acantilado tienen su historia. Una vez abajo, en la playa, cualquier rincón de ella es insuperable; simplemente, hay que visitarla". Solo por esta vez, unas palabras valen mil imágenes.